Alineados con las recomendaciones de la mayoría de los especialistas, el Gobierno alentó a que la población practique “sexo virtual” y la masturbación hasta que termine la pandemia.
Las recomendaciones encendieron la polémica sobre el sexting (envío de mensajes eróticos, sexuales o pornográficos) debido a un peligro escondido: la sobreexposición. Muchas veces cualquier contenido puede llegar a manos equivocadas, y corren el riesgo de viralizarse.
Expertos en ciberseguridad sugieren algunas recomendaciones: no hacer sexting con cualquiera, ya que tiene que haber confianza, usar plataformas que borren los contenidos enviados, como Instagram o Snapchat, y que las imágenes no hagan visible la cara o algún distintivo de la persona que lo envía (tatuajes o piercings). En el caso del que lo recibe, la sugerencia general es que el contenido que reciba no sea reenviado a terceros ya que podrían divulgarlo y explotarlo. Un ejemplo reciente sucedió en Entre Ríos, cuando una joven envío fotos desnuda a un desconocido y luego esas fotos se viralizaron en páginas pornográficas internacionales.
Los especialistas aseguran que el sexting no tiene nada de malo, siempre y cuando sea con cuidado y un control ya que puede traer riesgos psicológicos y sociales. Evitar la sobreexposición permitirá que la experiencia del sexting y sexo virtual sea más placentera para ambas partes.