“Tienes que hacer tus películas, no las de otros”, le aconsejó alguna vez el legendario John Cassavetes (1929-1989) a un joven Martin Scorsese, y es lo que haría durante toda su carrera, ser fiel a sus ideas. En un principio, el nacido en Nueva York, pero con herencia italiana, iba a convertirse en sacerdote debido a lo católica que era su familia. Sin embargo, en un arrebato, decidió inscribirse en la Escuela de Arte de Nueva York, donde filmaría tres cortometrajes; el más conocido de todos se tituló “The big shave” (La gran cortada, 1963), una crítica a la guerra de Vietnam.
El italoestadounidense es reconocido por ser parte de la camada que creo el “nuevo Hollywood”, uno caracterizado por los metrajes de contracultura. Esta nueva propuesta trató de mostrar el lado oscuro de Estados Unidos, un país hundido y consumido por la guerra perdida en Vietnam, destrozado por las muertes del Presidente John F. Kennedy y otros candidatos al cargo, y como las distintas mafias se adueñaban de las calles.
«Taxi driver» (1976) es el ejemplo perfecto de lo que trataba de representar la contracultura y la nueva ola de películas que trataban la misma temática. El protagonista, Travis Bickle (Robert De Niro), es un ex marine de Vietnam que, luego de la guerra, es marginado de la sociedad y a lo largo de la película, vemos como esta situación afecta a sus acciones y a su mente. Es una persona solitaria que tiene actitudes espontaneas como frecuentar cines para adultos o caminar sin rumbo por las calles de Nueva York. En una noche de insomnio, para mantenerse ocupado, Travis decide convertirse en taxista y a partir de ahí, es cuando, el propio personaje, termina sumergiéndose en su locura.
Este largometraje es el que terminó de consagrar a Scorsese como un director con una gran puesta en escena, con una visión para resaltar los distintos escenarios que aparecen, a Robert De Niro como un gran protagonista, y confirmaba la maestría de Paul Schrader para escribir guiones sólidos. A lo largo de los años, el director y el actor concretaron nueve películas juntos, con muchas escenas maravillosas e icónicas, pero ninguna fue tan recordada y homenajeada como la de Robert parado en frente al espejo, con su campera militar, su arma y preguntándose: “you talking to me?”.
Taxi driver y Scorsese traspasan cualquier barrera temporal porque en la actualidad sigue influyendo en la industria del cine. El último caso donde podemos ver reflejado esto es en el “Joker” (Guasón, 2019), un éxito total de Hollywood que, claramente, está inspirada en el largometraje del italoestadounidense. Ejemplos de homenajes hay miles, desde chistes en “Casados con hijos” y en “Los simuladores” a planos idénticos en películas de Quentin Tarantino.
«Las películas tocan nuestros corazones y despiertan nuestra visión, y cambian la forma en que vemos las cosas. Nos llevan a otros lugares, abren puertas y mentes. Las películas son los recuerdos de nuestro tiempo de vida, necesitamos mantenerlas vivas», expresa Martin Scorsese a sus 77 años, un hombre que será recordado por siempre.
Tomás Ordoñez, 2°A Turno Mañana.