Cacerolazos en distintos barrios del país para que los políticos se bajen el sueldo

Con el tema en debate aparece una nueva grieta que acecha a los argentinos, que parecen no poder descansar ni en tiempos de pandemia. Treinta […]

Con el tema en debate aparece una nueva grieta que acecha a los argentinos, que parecen no poder descansar ni en tiempos de pandemia. Treinta minutos después del aplauso en reconocimiento al personal sanitario, fuerzas policiales, militares, bomberos y demás voluntarios por combatir el virus, comienza a sentirse el ruido que expresa el repudio de los ciudadanos a los políticos por no bajarse el sueldo. Esta manifestación comenzó el lunes 30 de marzo luego de convocatorias en redes sociales bajo el hashtag “#BajenseElSueldo”, y no tardó en hacerse tendencia nacional en la red social Twitter, así como en los distintos barrios del país.

El pedido se sintió en varias provincias del país, como Córdoba y Tucumán. La idea también fue promovida por dirigentes de algunos países vecinos, como es el caso de Paraguay y Uruguay, cuyos respectivos presidentes, Mario Abdo Benítez y Luis Alberto Lacalle Pou, dictaron decretos para poder reducir considerablemente los salarios de los políticos como gesto para acompañar en el esfuerzo de parte de la población.

En respuesta a estas iniciativas, Alberto Fernández salió a hablar y rechazó el pedido. El jefe de Estado dijo que bajarse los sueldos sería “un acto muy demagógico” y además salió a defender a sus ministros: “No son ñoquis ni reciben sobres por izquierda.” Luego, agregó: «Tengo un Gobierno de ministros y funcionarios que no tienen fortunas, no tienen cuentas en el exterior, no tienen bienes, no tienen empresas: realmente viven de su sueldo. Los llamo a cualquier hora y atienden. Sé que los funcionarios no están robando la plata».

En dialogo con Radio Mitre, tampoco el Presidente se privó de cuestionar su antecesor, Mauricio Macri: «No tienen los argentinos un presidente que trabaja una semana y se toma dos de vacaciones». Por último, concluyó: «No vengan con esas cosas, porque después nos llaman populistas a nosotros».

Mientras tanto, en los balcones, patios y sobre todo en las redes sociales, la gente hizo oídos sordos y sigue reclamando. Estas acciones generaron numerosos cruces de vecinos que no están de acuerdo con la protesta. Unos aplauden y vociferan ‘Vamos Alberto’, mientras que otros le contestan con insultos. Unos cantan el himno y otros tratan de taparlos con las cacerolas y ‘Son todos chorros’. Y así, después de unos meses de descanso y sin tantas peleas políticas, la sociedad argentina sigue con una grieta que por el momento no parece que quiera cerrarse.

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