El pasado viernes 20 de marzo se declaró la cuarentena obligatoria en la Argentina por la pandemia del COVID-19, que produjo un cambio drástico en la sociedad, la cual pasó de estar todo el día en la calle a un encierro que parece no tener fin.
Al ser el aislamiento social de estas características un hecho sin precedentes en la Argentina, se debe analizar el impacto psicológico que genera en las personas este confinamiento. Por ello, PIRÁMIDE INVERTIDA consultó a la psicóloga Rosario Garro, M.P. 54.039, para que ofrezca su punto de vista profesional al respecto.
“Las personas nos encontramos ante temores desconocidos, de los cuales poco se sabe y pocas son las respuestas que se pueden dar sobre ellos. Uno de los aspectos más estresantes es la incomunicación con nuestros seres queridos, la pérdida de contacto cotidiano, las salidas, las juntadas. Es por esto que el estado emocional de los individuos se ve atravesado por un sinfín de emociones: tristeza, rabia, miedo, ira. Siendo que el hombre es un ser social que necesita rodearse de otros y compartir sus vivencias, el aislamiento viene a romper con esta rutina poniéndolo frente a una situación nueva de temor a lo desconocido e incertidumbre.”
Pero no todo parece tan desalentador. «Por suerte hoy el individuo cuenta con una gran herramienta que viene a paliar dichos sentimientos negativos: la tecnología es nuestra gran aliada, que nos acerca aún en la distancia a nuestros seres queridos”, afirmó Garro.