El Ejecutivo aprobó ceder 20 millones de euros para una primera ayuda, con indemnizaciones de 5.000 euros a los vecinos damnificados y hasta 20.000 para los comerciantes. Sin embargo, el consistorio mantiene el sistema de emergencia alerta, y pide cautela a residentes y turistas.
Tras autorizarse la reapertura de la plaza de San Marcos, las tiendas y restaurantes se aferran en reparar sus daños y en limpiar para retomar cuanto antes su actividad. Pero queda por delante la restauración de los causados al rico patrimonio cultural, empezando por la Basílica de San Marcos, que quedó parcialmente inundada. En total, sesenta iglesias de la ciudad fueron destruidas, y sus delicados mosaicos y pavimentos sufrieron la infiltración de la sal del mar. Para evitar su deterioro, la Superintendencia de patrimonio cree que harán falta 60.000 euros por cada templo.
El alcalde veneciano ha agradecido las muestras de apoyo recibidas, y en una entrevista con la televisión pública RAI volvió a proponer a la comunidad científica internacional, a Naciones Unidas o a la Unión Europea que acudan a Venecia para estudiar los efectos del cambio climático, fenómeno al que atribuye estas inundaciones. Y, entre las donaciones, se anunció que la embajada italiana en Moscú ha recaudado en menos de 24 horas, 1 millón de euros para apoyar la restauración del patrimonio cultural de Venecia. Pronto los ciudadanos van a volver a tener una vida normal y tranquila.
Juan Manuel Bratti Carlomagno
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