Una brigada especial de la Policía Federal Argentina se encuentra en las tierras de Villa La Angostura para prevenir el hantavirus. Este grupo de riesgos especiales se encarga de cortar con el desarrollo de los ratones colilargos que son los portadores de esta enfermedad.
En el 2018, en la zona patagónica se registraron 11 muertes y decenas de enfermos por el hantavirus. La reproducción de los roedores en esta zona se da principalmente por la crecida de los árboles de caña de colihue. Cuando estas cañas florecen, largan unas semillas que caen al suelo y sirven como alimento para los ratones silvestres. Estos árboles pueden crecer durante un tiempo indeterminado, durante algunas épocas crecen todos los años y luego pueden ni aparecer por 60 años.
El Centro de Ecología Aplicada de Neuquén (CEAN), informó en mayo que mediante estudios realizados, se había detectado un aumento de peso notable en estos animales que se encuentran en la zona del Parque Nacional Nahuel Huapi.
Durante el invierno, las autoridades de Villa La Angostura, la provincia de Neuquén y organismos nacionales, implementaron medidas para controlar el aumento de la población de los roedores en las áreas con manchones de cañas florecidas. El primer paso fue la creación de defensas y zanjas, además de trampas con baldes, para evitar la huida de los ratones a las zonas de viviendas. Está comprobado que estos animales cuando ven que está disminuyendo la alimentación en la primavera, salen de los bosques andinos y se van acercando a las zonas con casas, donde suelen alimentarse de la basura de los vecinos. Según indicaron funcionarios, estas medidas fueron efectivas, ya que se logró encontrar cantidades importantes de ratas muertas.
Pero matar a los roedores no es el único trabajo que tienen estas brigadas. Una vez que se encuentran muertos, deben enterrarlos a una buena cantidad de metros de profundidad, para evitar que se los coman los zorros, pumas u otros animales de la zona. En caso de que estos se alimenten de los ratones portadores de hantavirus, se contagiarían y se expandiría notablemente causando desastres.
El verano pasado, la Argentina fue noticia en el mundo por el brote epidémico de hantavirus, de transmisión interhumana. En Epuyén (provincia de Chubut), epicentro del brote y las localidades cercanas murieron 11 personas, según datos de la Secretaría de Salud de la Nación, entre noviembre de 2018 y marzo de este año, cuando se anunció que había finalizado el brote.
El Hantavirus es una enfermedad viral aguda grave, causada por el virus Hanta. Originalmente es muy similar al de las fiebres hemorrágicas, que son las que producen alteraciones de la coagulación (como el dengue). En Europa y en Asia este virus produce fiebre hemorrágica y enfermedad renal. Por el contrario, las cepas americanas son más propensas a la enfermedad pulmonar. Los portadores de este virus son los roedores. El Colilargo es uno de ellos, pero hay varias especies distintas según la zona. El ratón no sufre el virus, sólo lo transmite a través de la materia fecal u orina que se seca, vuela y se respira en el aire.
Las principales formas de transmisión son, por inhalación, que es la forma más frecuente, por contacto directo, al tocar roedores o los excrementos de estos, por mordeduras de los ratones o por la vía interhumana, estando en contacto con una persona infectada por este virus.
Los principales síntomas de esta enfermedad son la fiebre, dolores musculares y dolor abdominal. Pero el síntoma más característico es la falta de aire, similar a una neumonía. Si esto no es tratado a tiempo, puede ocasionar una insuficiencia cardíaca, lo que podría causar la muerte.
Valentín Cotter