El Día de Muertos es una de las festividades más importantes que tiene México en el año. Los festejos duran varias semanas ya que de esa forma en que sus ancestros les rendían tributo a sus difuntos.
Según la creencia popular, es la forma en que los vivos tienen de entrar en contacto con sus muertos ya que se considera que en estas fechas estos regresan a la Tierra atraídos por las ofrendas que se les realizan.
La fecha de la festividad coincide con dos jornadas puntuales del santoral católico: el Día de Todos los Santos, del 1º de noviembre, y el Día de los Fieles Difuntos, del 2 de noviembre. Y ambas se terminan acoplando con las celebraciones del Día de Muertos.
De acuerdo a la tradición, las festividades comienzan el 28 de octubre, fecha en la que se recuerda a las personas que murieron en algún accidente; el 29 está dedicado a los ahogados; el 30 se les rinde tributo a los bebés que murieron antes de ser bautizados; el 31 se conmemora a los niños menores de 12 años; el 1º de noviembre es el Día de Todos los Santos y se recuerda a quienes fallecieron por causas naturales o enfermedades; y el 2 después de las 12 del mediodía, que es cuando las alma de los difuntos se van, se recogen las ofrendas y se levantan los altares.
Sin embargo, esas fechas pueden extenderse. De hecho, en el Distrito Federal, las celebraciones comienzan en la penúltima semana de octubre y llegan hasta mediados de noviembre, con una serie de atracciones destinadas a los turistas, ya que la capital mexicana suele recibir a cerca de dos millones de personas como parte de los rituales por el Día de Muertos.
Cada ofrenda tiene el sentido de acompañar al homenajeado en su recorrido hacia el Mictlán, el inframundo de los aztecas. El color brillante de las flores representa el camino que los muertos deben seguir; la luz y el calor de las velas los ilumina y acompaña a través de la oscuridad del sepulcro, mientras que el aroma de los platos colocados en las ofrendas los “nutre”, al tiempo que rememora la importancia de compartir los alimentos con la familia.
Los mexicanos lo toman como un motivo para celebrar y no para llorar. Por ello es que esta fiesta incluye prácticas como adornar las tumbas en los cementerios y dedicar altares (en los hogares o sobre las lápidas) que incluyen diversos elementos para conducir a las almas de regreso al mundo de los vivos.
Una buena representación de este día se puede ver reflejado en la película de la franquicia Disney “Coco” que se estrenó en 2007 y refleja la tradición del pueblo mexicano respecto al Día de los Muertos, ya que se ve como un joven es transportado al mundo espiritual donde habitan los espíritus de la gente difunta y este busca mediante la ayuda de sus familiares que habitan allí regresar al mundo de los vivos.
Franco Del Porto