Los hermanos Gómez de «La Odisea de los Giles», interpretados por Guillermo Jacubowicz y Alejandro Gigena, fueron las revelaciones de la película porque, en medio de un conjunto de actores con tanto renombre, fueron quienes provocaron la mayoría de las risas en las salas de cine de nuestro país.
Estos personajes representan en la película una versión cómica de personas trabajadoras de pueblo, que se dan maña para todo (así se los define en el film), y en sus ojos supieron reflejar la inocencia pura de trabajadores, es decir, «de unos giles», como diría Fermín, el personaje de Darín.
Fueron seleccionados para audicionar juntos en el casting y prepararon sus personajes, ninguno de los dos sabía si iban a terminar eligiendo a uno de ellos, pero aun así lograron entablar una relación de solidaridad y amistad, una amistad que se logró fusionar con la hermandad de los papeles y así entablar una relación de «amistad-hermandad».
Alejandro Gigena tiene 36 años, es rosarino y vino a Capital Federal a los 27 para estudiar lo que más le gustaba, en la escuela de Nora Moseinco. En esas clases conoció a quienes fueron los directores actorales del film y quienes lo eligieron para el casting. Hoy en día también es docente de gimnasio actoral en la escuela donde estudió.
Guillermo Jacubowicz además de ser actor es maestro de primaria. Estudió teatro en la escuela de Daniel Casablanca y hoy en día sueña con poder vivir de la actuación. “El trabajo de maestro fue más ligado a un trabajo que a mí me da más de comer que un trabajo artístico, que siempre que viene, viene bien, pero todavía no es que pueda vivir de la actuación, pero quién te dice que dentro de pronto sí, nunca se sabe”, expresó.
“Con Ale Gigena la verdad que hicimos muy buena onda desde el casting, el segundo casting lo hicimos juntos. Siempre tratando de entablar una relación y bueno, ahí quedamos hermanados. Cada vez que nos pasaba a buscar el remis nos llamaban por los Gómez y el hotel no sabía que éramos los Gómez. Estaban buscando a unos Gómez y nadie sabía quién carajo era. Realmente quedamos como hermanos, nos decimos hermanos. La profesión de actor hermana bastante. Tenés vínculos muy lindos y muy sinceros con los actores”, contó Guillermo Jacubowicz.
“La solidaridad que emergió en ese casting fue emocionante, ahora somos amigos hermanos”, expresó Alejandro Gigena.
Ante un elenco con tanto renombre, Ale Gigena contó sus experiencias después de trabajar con ellos: «La sensación que tengo de haber trabajado con esos actores y actrices, fue la de darle más valor del que tenía al trabajo horizontal. A dejar de ver al otro como grande y poder vivir la experiencia de una manera más de equidad. Porque así me hicieron sentir, verlos en problemas y que puedan solucionarlos como cualquier actor que no tenga su experiencia hace que veas el laburo más en espejo». Por su parte, Guillermo planteó: «Yo digo que es como un curso teórico practico de lujo, ver los actores, actuar, ver cómo actúan, como resuelven, por qué cosas se preocupan en una escena. La experiencia de esa película tiene como un sentir cooperativo, durante la película se sentía eso”.
Ambos contaron que los personajes de los hermanos Gómez fueron preparados por ellos para hacer el casting y luego fueron moldeados por el director durante el rodaje. “La indicación del director fue que no pretendamos ser graciosos ni tontos, son dos personajes muy empáticos, ya sus formas eran graciosas, no había que subir el volumen de lo gracioso”, afirmó el rosarino.
La película está situada en el contexto del “Corralito” de 2001 y ambos intérpretes recordaron sus vivencias. “La cultura de esa época está muy bien reflejada en la película. Yo viví esa cultura donde no se valoraba el trabajo, se valoraba más el dinero, cosa que ahora también. Vos pensá que en la película es gente que se junta para generar laburo, pide guita prestada para generar trabajo. Hay gente que se aprovecha de eso. Esa época yo la viví así, pidiendo guita prestada para ponerme un laburo y realmente en ese sentido cuando nada acompaña y vez que la situación económica está cada vez peor, se generan cada vez más problemas, desgracias, desatenciones, desunión de la familia. Todo eso está reflejado en la película y yo la película la siento muy propia”, recordó Jacubowicz. Por su parte Alejandro contó: «Tenía 18 años, vi muy de cerca los saqueos, la violencia, la falta de guita, las necesidades básicas para vivir. La película me hizo revivir de alguna manera lo sucedido en ese entonces.”
Ambos dieron su significado de la palabra “gil”, desde el punto de vita de la película: «Me gusta pensar que un gil no es un pelotudo, un gil es aquel que se puede autodefinir como gil, y si es nombrado así, puede revertir la situación”, definió Ale Gigena.. Por su parte, Guillermo dijo: “Básicamente es una persona que no ve en el otro alguien que lo pueda llegar a cagar, me parece que por ahí pasa”.
Por último, el rosarino dio el mensaje que le quedó de la película: «La película es una validación de cooperativismo, de la amistad, de que solos no podemos hacer nada, de que si hay unión se puede mover la rueda, o al menos intentarlo, pero siempre con otros o con otras, acompañado y acompañar”.
Natanael Tortosa
2° «B» T.N.