Rubén Magnano supo forjar una identidad allá por el año 2001, cuando comenzó a dirigir la selección nacional argentina de básquetbol. Armó un grupo de jugadores que, más allá de que algunos ya se conocían, rápidamente se adaptaron a la idea de trabajar duro y lograr una fortaleza tanto física como mental que les dio el empujón necesario para poder escribir su propia historia. Gracias a esto, lograron un reconocimiento que va a perdurar a lo largo del tiempo y de la historia, como es el caso de la Generación Dorada. Pirámide Invertida pudo entrevistarlo en exclusiva.
-¿Cuánto tiempo de tus días le dedicás al básquet luego de tu paso por la selección uruguaya?
-El básquet sigue ocupando una parte importante de mi tiempo. Veo mucho básquet, estamos en una época interesante, importante y con un gran nivel, tanto en la NBA, como en la liga ACB o en la propia Liga Nacional, que también la sigo muy de cerca.
-¿Qué análisis podes hacer, más allá del nivel colectivo, del nivel individual de los jugadores, tanto de la liga europea como de la NBA o en la Liga Nacional?
-Yo lo asocio con el hecho esperanzador y el nivel que hay en las selecciones y en la nuestra también. Hoy estamos gozando de una situación muy especial, como por ejemplo el caso de Laprovittola y Campazzo. Son cosas que nos tienen que llenar de orgullo, y hay que entender que la estructura del básquet argentino, a pesar de estar un poco apaleada por la situación, el descuido de los clubes y toda esa parte gubernamental a la que creo que hay que echarle un ojo. Se nos llena el pecho de orgullo por estos jugadores que te nombré, uno MVP en la segunda liga más importante del mundo y el otro siendo el MVP de las finales de esa misma liga, pero nos olvidamos un poco del camino y de donde salieron. Nos estamos olvidando del surtidor, en otras palabras.
-¿Cómo ves este proceso que se está llevando a cabo post Generación Dorada?
-Yo apoyo al 100% nuestra estructura. Puedo estar de acuerdo o no con algunas cosas, no sólo hablando de la selección si no de nuestro básquet en general. No es ajeno mi apoyo como hincha, como entrenador o amante del básquet de nuestra selección. Están teniendo un gran desempeño tanto los que juegan en el exterior como los que se encuentran en la Liga Nacional. Se están abriendo nuevas ventanas donde se incorporan cada vez más de nuestros jóvenes, como las escuelas de la NBA, Australia o México. Tengo muchísima esperanza en esta selección, sobre todo luego del desempeño en el último Mundial. Somos extremadamente competitivos, pero no dejamos de estar en un escalón más abajo que los principales candidatos, como siempre lo es Estados Unidos o Serbia.
-¿Qué dificultades plantea no tener jugadores participando activamente en la NBA?
-A mí no me quita el sueño que nuestros jugadores no estén en la NBA. No me preocupa mucho. Me satisface y me llena de orgullo ver jugadores en los primeros equipos de Europa y siendo protagonistas. Considero que la competencia es vital y es lo que te va a levantar el techo en tu crecimiento. Me interesa que se mantengan activos en la alta competencia y con rodaje.
-¿Cómo ves a la Liga Nacional? ¿Estás conforme?
-No estoy de acuerdo en la cantidad de partidos que se juegan. En relación a cómo están conformadas las plantillas yo creo que el producto termina siendo poco vendible y vistoso. Un pequeño cupo de jugadores tienen que cargarse al hombro un equipo en una cantidad de tiempo y en una cantidad de partidos. Hay que analizar eso. O se amplían las plantillas o se reduce la cantidad de partidos.
-¿Cómo se forjó esa personalidad en la Generación Dorada que logró tantas cosas importantes para el país?
-Los “cómo” son un factor fundamental que nos llevó a pelear un título en Indianápolis y a ganar la medalla dorada en Grecia. Estimo que la personalidad e imponer esa idea de preguntarnos cómo podemos llegar a lograr cosas importantes hizo que lo logremos. El tiempo de preparación y de convivencia durante esos 4 años no fue lo suficiente ni lo que se recomienda para llegar a punto. Tuvimos la suerte de tener jugadores inteligentes a la hora de saber ese famoso “cómo” y esas herramientas que necesitábamos para dirigirnos al objetivo. Hay una gran diferencia entre estar listos y estar preparados. Todos están listos para ir a la selección, pero no todos están preparados realmente. Nosotros nos preparamos para todas las competencias en las que participamos, y los jugadores que teníamos nos facilitaban el trabajo porque entendían que la manera de lograr algo era trabajando duro. Primero trabajamos, luego somos exitosos.
Damián Giacomasso, 2º B, turno mañana.