Una nueva moda está creciendo en la Argentina y se trata nada más ni nada menos que del cigarrillo electrónico o vaporizador. Una parte de la gente lo usa porque quiere dejar de fumar y otro sector lo hace porque es una novedad. Pero lo cierto es que el uso de este dispositivo puede traer consecuencias graves.
En estos últimos días se detectó en nuestro país el primer caso de un hombre de unos 30 años, al cual no se le reveló la identidad, a quien internaron a causa de una proteinosis alveolar que está relacionada con el uso de este aparato. Los médicos especialistas en el tema destacaron: “Este caso es el mismo que todos los que se reportaron en los Estados Unidos”.
Justamente en EE.UU. ya van 33 muertos por consecuencia de esta problemática y ya descubrieron más de 1400 casos asociados al vaping. Todos estos datos fueron revelados por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Todos los estudios que se realizaron sobre este instrumento develaron que el aerosol que irradia el vaporizador está constituido por cuatro grupos tóxicos y diversos compuestos cancerígenos, que son carbonilos, nitrosaminas, metales pesados y compuestos orgánicos volátiles. Otro motivo por el que es peligroso es que a diferencia de los cigarrillos comunes, estos tienen mayor cantidad de níquel, cromo y plomo. Está comprobado que los daños que causa el aerosol del cigarrillo electrónico pueden llegar a ser similares al común, ya sea desde neumonía o enfisema. Esto ocurre porque este dispositivo provoca daños en los pulmones.
Para los expertos, “el mayor riesgo se encuentra en los jóvenes porque lo consumen creyendo que es más saludable es el cigarrillo normal pero no es así”. Lo curioso es que en Argentina este producto está prohibido por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), pero a pesar de esto se vende sin ninguna restricción en los comercios. Lo cierto es que el consumo en los adolescentes sigue creciendo cada vez más, y el número tiene tendencia a aumentar con el paso del tiempo.
Aunque se utilice para dejar de fumar, la contradicción de este elemento es que se termina volviendo a la nicotina. Además, los que nunca fumaron y arrancan con esto directamente terminan conociendo el cigarro habitual a causa del vaporizador.
En los lugares cerrados está permitido su uso y por ahora no hay ninguna ley que lo prohíba. Se espera que los organismos de salud tomen una decisión con respecto a este dispositivo ya que no solo provoca consecuencias al que lo consume sino también al entorno. Así como está el fumador pasivo, también existe el vapeador pasivo.
En Miami ya tomaron la decisión de restringirlo totalmente en todos los parques de la ciudad, en medio de de una campaña para afrontar la crisis de salud se vive allí.
Lo cierto es que en muy poco tiempo, el cigarrillo electrónico puede hacer mucho daño y puede afectar el desarrollo normal del cerebro.
Martín Olivera