Horacio Rodríguez larreta logró retener la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), al imponerse al candidato de el Frente de Todos, Matías Lammens, por el 55,90% de los votos contra el 35,06% del candidato opositor, con un total del 98,98% de mesas escrutadas.
En las PASO del 11 de agosto la formula de Juntos por el Cambio, con Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli a la cabeza, saco el 45,92% de los votos contra el 31,36% del Frente de Todos, encabezada por Matías Lammens y Gisella Marziotta. Si bien esta diferencia de 14 puntos parecía ser definitiva, empezaron a circular distintas versiones por los medios de comunicación (redes sociales, medios digitales, medios audiovisuales, etc.) de que existía la posibilidad de que se produzca un balotaje porteño, como ha sucedido casi siempre en la historia de la Ciudad de Buenos Aires (excepto cuando ganó de la Rúa).
Una vez que finalizaron las PASO, tanto Larreta como Lammens comenzaron una ardua campaña en pos de llegar a las elecciones generales con una cantidad superior de votos con respecto a los que habían obtenido en las primarias, en pos de ganar la Ciudad de Buenos Aires. La estrategia que utilizó Larreta fue más moderada que la del candidato opositor, dado que al estar 14 puntos por encima, le permitía tener discursos mucho más moderados y conciliadores, con el objetivo de atraer un porcentaje minúsculo de votos para asegurar la elección. En cambio, Lammens tuvo palabras más confrontativas y fuertes, apelando a críticas muy severas para con el gobierno nacional, vinculando la imagen negativa del presidente de la nación, Mauricio Macri, con la del jefe de gobierno porteño. En los últimos días de campaña, se llevó a cabo un histórico debate para los porteños, en el cual participaron 4 candidatos: Horacio Rodríguez Larreta, Matías Lammens, Matías Tombolini, Gabriel Solano. En este debate si bien hubo críticas de parte de todos los candidatos, sobre todo de los dos más votados, se mantuvo cierto equilibrio en los diálogos y el respeto fue fundamental en el desarrollo del mismo.
Debemos poner en contexto dos particularidades que tuvieron que atravesar tanto Larreta como Lammens. El primero tuvo que hacer lo posible para despegarse de la imagen negativa de Macri, para que eso no le generara rechazo de parte de los porteños y por ende menos cantidad de votos. Lammens, en cambio, tuvo una tarea mucho más compleja que la del jefe de gobierno porteño, dado que no solo tuvo que hacer una campaña mucho más equilibrada de lo normal con el objetivo de no espantar a los votantes, sino que tuvo que despegarse, en parte, de su propio partido político, dado que en CABA reside un gran caudal de voto antiperonista y también antikirchnerista, que a la larga le terminó jugando en contra y no le permitió arrebatarle la jefatura de gobierno a Larreta, al margen de que en términos generales hizo una buena elección.
Recordemos que el partido política PRO (propuesta republicana) gobierna desde el año 2007 en CABA. El liderazgo comenzó allá por el 2007 cuando Mauricio Macri derrotó a Daniel Filmus, luego reeligió nuevamente Macri en 2011 al ganarle nuevamente a Filmus, después llegó Larreta al poder cuando venció a Martin Lousteau en 2015, y finalmente se reafirmo el liderazgo del PRO al ganar nuevamente la Ciudad de Buenos Aires en este 2019. Esta ultima elección nos deja dos datos históricos: en primer lugar que el PRO sigue ganando elecciones y extiende su mandato a por lo menos 4 años más, lo que serÍa un total de 16 años, y en segundo término que esta vez no hubo que llegar al balotaje y Larreta logrÓ ganar con mucha contundencia, dejando un precedente difícilmente de igualar para el resto de la historia.
Martín Kairuz