Ezequiel Palacios brilla cada vez más en el seleccionado argentino de voleibol que el 15 de octubre cerró su participación en la Copa del Mundo de Japón. Fue la gran figura del último partido que disputó Argentina contra Australia, donde convirtió 17 tantos.
El torneo internacional reunió a los 12 mejores seleccionados del mundo según el ránking de la FIVB. Argentina terminó en el quinto lugar y este año logró clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, las medallas de plata en el Sudamericano y en la Copa Panamericana, además de defender la medalla dorada en los Panamericanos de Lima.
Nacido en Formosa, Palacios tiene 27 años recién cumplidos. Su club actual es Top Volley Latina en la liga italiana. Su posición es de punta-opuesto. Con una altura de 1,98 metros inició su carrera deportiva en el fútbol, específicamente como arquero. Con 12 años un amigo lo llamó para probarse en Argentinos Juniors pero no quedó. Como amante del deporte unos días después se fue a presenciar el Preolímpico Sudamericano de vóley y allí decidió darse una oportunidad y sin comentárselo a la familia se probó en ese deporte.
De su formación en el arco, Palacios aseguró que para el vóley le sirven los reflejos. “Por ahí en defensa ando bien, o tengo algunas estiradas de arquero incorporadas y a veces sirven. Pero es algo muy diferente. A veces, a la hora de defender, la tiro al córner como hacía en el arco”, bromeó el formoseño.
Sus comienzos fueron en el Club Instituto (Formosa) y su entrenador fue en ese momento Héctor Paredes, quien vio potencial en él. Sobre Paredes, Palacios recalca su gratitud para su antiguo entrenador. “Esto es gracias a él. Que él haya hecho todo el esfuerzo que hizo para que yo pueda estar acá, pueda jugar en cuartos de final es gracias a él. Él es responsable de esto, igual que toda mi familia, que siempre me apoyó”, dijo el jugador argentino al borde de las lágrimas. “Es muy emocionante”, remarcó.
“Héctor Paredes fue un amigo, un hermano, un entrenador, un padre. Fue muy importante en mi vida y en mi carrera de vóley”, le contó el jugador a Mundo D. “Yo este año tenía pensado brindarle esta experiencia, pero no está y serán sólo recuerdos”, se lamentó.
Gracias a él y su apoyo decidió mudarse a la capital de la provincia, a la ciudad de Formosa. Al poco tiempo se consolidó e integró a la Selección Provincial de Voleibol y luego pasó a jugar en La Unión de Formosa y antes de cumplir 18 años fue convocado para la pre-selección de menores.
Tuvo mucha participación con la Selección Nacional. Estuvo en el plantel que ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y en el que participó en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. En 2017 sufrió el no ser convocado por Julio Velasco quien en ese momento era el director técnico. Velasco exigía que los jugadores fueran titulares en sus respectivos clubes para poder ser considerados, por esta razón se perdió la convocatoria, todo debido a su inactividad y constante posición en el banco de suplentes. En su momento declaró a Télam en el Cenard: “Lamentablemente, la regla de Velasco se cumplió conmigo. Me parece bien. No es algo descabellado, es algo lógico, pero bueno, sirvió de aprendizaje para mí y para muchos”. En 2018 volvió con el cambio de técnico. El formoseño fue campeón de la Copa ACLAV y semifinalista de la Liga Argentina 2017/18 con Ciudad Vóley. Su rendimiento en la temporada hizo que fuera citado nuevamente. “Estoy muy contento por estar otra vez. No hay nada más lindo que estar en la Selección para un jugador y soy feliz de regresar. Lo que pasó fue una experiencia, ya pasó, tengo que aprender de eso y seguir trabajando”, destacó.
“En realidad me sirvió para aprender a pensar. Antes que ir a jugar afuera por tema económico hay que valorar otras cosas. El año que estuve lejos se me hizo muy difícil. En esta última Liga aposté a volver y a tratar de ganarme un lugar en la Selección”.
Lucía González Heguy, 2° B, TM.