Desde el retiro de Manu Ginóbili en julio de 2018, ningún jugador argentino ha vuelto a pisar la NBA.
El único que tiene una presencia activa en esta competencia es Pablo Prigioni, quien en la temporada pasada fue el encargado de potencia jóvenes en Brooklyn Nets (y lo hizo muy bien) y hoy en día es el principal asistente del coach de Minesotta Timberwolves. Pero, la gran actuación de la Selección Argentina en el Mundial de Básquet China 2019 puede cambiar este panorama.
El histórico torneo que realizaron los dirigidos por Sergio Hernández es, sin dudas, un antes y un después para este deporte en nuestro país. Lo que parecía ser un equipo de transición luego de la retirada de las grandes figuras (Ginóbili, Nocioni, Oberto, etc.), estuvo a las puertas de convertirse en una nueva Generación Dorada.
El plantel mundialista contaba con la armonía justa. Un experimentado como Scola, jugadores de primer nivel europeo como Campazzo, Laprovittola, Vildoza y Deck, entre otros, y grandes promesas de la Liga Nacional, como Fjellerup y Cáffaro. Todos bajos las ordenes de un gran cuerpo técnico (Sergio Hernández y Silvio Santander), quienes consiguieron optimizar el juego y llevar a Argentina al podio, dejando atrás a la principal candidata, Serbia, y a Francia, otra potencia mundial.
Aunque el torneo no se pudo cerrar con el oro, esto puede ser la vidriera que los argentinos necesitaban para dar el salto a la NBA. La caída tempranera de Estados Unidos dejó en evidencia que el básquet FIBA está creciendo mucho y que los jugadores extranjeros son una gran opción para las franquicias que no logran conformar un buen roster en la agencia libre.
Una producción especial de: Leonel David, Martín Wizenberg y Bautista Hamonet