El domingo 6 de octubre finalizó el Mundial de atletismo Doha 2019. Qatar intentó demostrar que está capacitado para poder realizar eventos de gran dimensión, pero las altas temperaturas y el poco público fueron los protagonistas en esta competencia.
Un día después de su inauguración, comenzaron las quejas. El 28 de septiembre se corrió el maratón femenino donde se coronó la ganadora mas lenta de la historia, Ruth Chepngetich, con un tiempo de 2:32.43. Pero lo alarmante no fue eso, sino las 28 atletas que debieron abandonar la carrera en forma casi desvanecida y trasladas de urgencia a un hospital colapsado. Esto fue una consecuencia de los 32 grados centígrados que alcanzó la madrugada de ese día y una sensación térmica que superó los 40° C.
Por el lado masculino el clima se hizo notar en la marcha de los 50 km. La prueba arrancó por la noche del sábado 28 con 46 corredores, 18 debieron parar debido al calor y la humedad. El japonés Suzuki debió marchar 4 horas, 4 minutos y 20 segundos para consagrarse, algo impensado para 50 km. Por su parte, el campeón de Londres 2017, Yohann Dniniz, defensor y candidato al título, duró solo 15 km. Previamente a competir había sido muy duro con la IAAF (Asociación internacional de federaciones de atletismo): «En el estadio tendrán condiciones normales, entre 24 y 25 grados, pero afuera nos meten en un horno y no es posible».
Los menos afectados al clima agobiante fueron los corredores que compiten en la pista, ya que corrían en un microclima artificial dentro del Estadio Internacional Khalifa. Es que el escenario montado en la ciudad de Doha cuenta con un sofisticado sistema de refrigeración a gran escala que mantiene a los atletas y espectadores con una temperatura que ronda los 23 y 25 grados. Los problemas claramente fueron en base a puertas abiertas.
Además de todos los cuestionamientos debido a las altas temperaturas, Doha fue criticado por el poco público a lo largo de toda la competencia. Uno de las razones principales de ese desierto fueron las características políticas y religiosas del país. No hay libertad de prensa, la mujer es sometida por el hombre y muchos trabajadores no viven en condiciones dignas.
El presidente de la IAAF, Sebastián Coe, salió a defender su postura con respecto a su elección del país organizador: “No recuerdo ningún campeonato del mundo donde haya visto una calidad tan alta en casi todas las disciplinas”. Y agregó: “No podemos seguir yendo a los mismos lugares todos los años. Los atletas no siempre saben, tenemos la tecnología para ofrecerles mejores condiciones que las que tendrían en la mayoría de los demás estadios, es algo de lo que tendríamos que estar contentos”.
Las críticas a la organización del Mundial de atletismo recaen directamente en el futuro Mundial de fútbol Qatar 2022. Los apasionados por la pelota tienen dudas con respecto a lo que será, pero la FIFA está muy convencida de llevar la Copa del Mundo a un país nuevo.
El presidente de la Federación, Gianni Infantino, demostró su seguridad por la decisión tomada en el Festival del Deporte, organizado en Trento (Italia) por La Gazzetta dello Sport: “Creo que es correcto, una vez cada cien años, jugar el Mundial en un sitio en el que nunca se ha jugado un torneo de este nivel. Desde el punto de vista técnico será un Mundial espectacular, los jugadores llegarán frescos y no al final de una temporada, como ocurre cuando el Mundial se juega en verano”. Infantino se encargó de remarcar que el Mundial no se disputará en verano, ser+á otoño lo que hace creer que las condiciones climáticas estarán a la altura de la circunstancia.
Para concluir agregó: “El clima será prácticamente perfecto, los estadios serán espectaculares y vamos a descubrir una parte del mundo desconocida. Hay que ser buenos y crear empatía. Aceptar un desafío y convertirlo en oportunidad”.
Azul Benitez