Con el partido de ida ya consumado en el Monumental, donde River hizo pesar su jerarquía una vez más en una noche decisiva de Copa Libertadores, superando a Boca por 2-0, las hipótesis y suposiciones respecto de que sucederá en el encuentro de vuelta a disputarse en la Bombonera, el martes 22 de octubre, comienzan a tomar vuelo. Y por supuesto, las incertidumbres pasan fundamentalmente por tratar de descifrar que cartas jugarán Marcelo Gallardo y sobre todo, Gustavo Alfaro.
El choque de estilos que representan el River de Gallardo y el Boca de Alfaro se manifestó a las claras en el encuentro de ida. El primero, asumió el protagonismo con el balón y se basó en su premisa madre para predominar en el desarrollo: la intensidad. El segundo, priorizó la solidez y el ordenamiento defensivo, apostando a la jerarquía individual en ataque. Y si del duelo de opuestos se trató, la victoria, claramente, fue para el Muñeco.
Sin embargo, ahora, la historia presenta un panorama totalmente distinto. Quizás no tanto para los de Núñez, que seguramente irán a la Bombonera con la misma idea que los hizo prevalecer como locales y que además, los define como el mejor equipo del momento, pero sí para el Xeneize, tanto desde el punto de vista táctico como en la disposición de los protagonistas que buscarán revertir una serie que, en la antesala, y sobre todo por lo mostrado en el primer cruce, luce cercano a una hazaña.
Gustavo Alfaro tendrá una misión verdaderamente compleja para obtener, como mínimo, un 2-0 a favor que le garantice los penales. Pero la dificultad pasará por un aspecto en particular: para ir en busca del resultado deberá atentar contra su propia ideología de juego. Aquí es donde se plantea la dicotomía para el entrenador. Desde su estadía en Boca, viene promoviendo en su equipo un determinado estilo de juego: solidez defensiva y desligarse de la tenencia del balón. Pero el partido en Núñez y los dos goles en contra, le harán replantease dicha postura, apostando por un planteo más ofensivo y de mayor protagonismo.
En cuanto a los 11 que ingresarán desde el arranque, aún no hay certezas desde el lado de la Ribera. Con tres semanas por delante hasta el partido de vuelta, Alfaro dispondrá del tiempo suficiente para pensar cómo rearmar su equipo, ya con Eduardo Salvio, Mauro Zárate y Daniele De Rossi recuperados, pero sin el expulsado Nicolás Capaldo y con la incertidumbre de saber si Wanchope Ábila llegará al partido definitorio luego de darse a conocer su distensión en el sóleo. Lo cierto es que el DT realizará más de una variante en su formación inicial.
En River, las cosas parecen estar más claras con respecto al equipo titular. En principio, Gallardo presentaría los mismos jugadores que lo hicieron en el Monumental, aunque no se descarta la alternativa de utilizar una línea de 3 como en el encuentro de ida en la final del año pasado.
En definitiva, si bien la serie no está totalmente sentenciada, el 22 de octubre, Boca necesitará jugar un partido perfecto- e incómodo- si desea tener chances de dar vuelta el resultado.
Marcos Carena, 2ºB, T.T.