El rugby es una disciplina deportiva donde muchas veces se termina dando el resultado lógico. No da mucho lugar a las sorpresas debido a que generalmente la superioridad del equipo más importante suele plasmarse en algún momento de los 80 minutos. Sin embargo, a veces la lógica en el deporte no existe…
El primero en dar la nota en el Mundial que se está desarrollando en Japón fue Uruguay con su victoria sobre Fiji en un partido histórico. Los “Teros”, así los apodan, lograron el tercer triunfo del país vecino en la historia de los mundiales ante un equipo habitué en las citas mundialistas.
Los charrúas se impusieron luego de un partido que comenzó complicado por la apertura del marcador de los isleños. Esto no achicó a la celeste que llegó a estar por más de 10 puntos arriba en diversos tramos del partido y finalmente triunfaron por 30 a 22. Anterior a esta hazaña los sudamericanos vencieron a España (en 1999) y a Georgia (en 2003), dos rivales mucho menores que los fijianos.
Otro batacazo fue el del conjunto local, Japón, ni más ni menos que frente e Irlanda. Los asiáticos les ganaron 19-12 a los europeos. El seleccionado nipón salió victorioso del choque a priori más difícil del grupo y quemaron los papeles del certamen. Tanto Irlanda como Escocia eran en un principio los principales candidatos del grupo A, compuesto por Japón, Irlanda, Escocia, Rusia y Samoa. Japón optó en los últimos años por comprar una franquicia en el Super Rugby, la liga número 1 de clubes en el mundo del rugby, con la intención principal de mejorar y obtener roce con las principales estrellas de Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica y Argentina. Esto parece haber dado sus frutos, aunque todavía restan partidos para ver si los asiáticos pueden acceder a la próxima fase. No es la primera vez que los japoneses sorprenden en un Mundial ya que en 2015 habían superado a la poderosa Sudáfrica en suelo inglés.
Ya hubo dos, ¿habrá otras sorpresas en Asia?
Tomás Montibelli Serra, 2° B, turno mañana.