A pesar de que el Presidente de la Nación, Mauricio Macri, intente esquivar asuntos relacionados con la “pesada herencia” y se enfoque en las “nuevas promesas” que dará a conocer a diario durante el transcurso de su campaña, y que Alberto Fernández pregone a viva voz su intención de dejar todo lo que pasó atrás y mirar hacia adelante, la grieta continúa ensanchándose. Las notorias diferencias políticas entre el macrismo y el kirchnerismo se mantienen latentes, y parece difícil que se evaporen en un futuro cercano.
En una entrevista que brindó al sitio digital Hamartia, Alberto Fernández fue lapidario con quien maneja los destinos del país desde hace casi cuatro años. El referente del Frente de Todos, quien se impusiera por un amplio margen en las PASO llevadas a cabo en el pasado mes de agosto, manifestó: “Cristina tomó un par de medidas en materia institucional que fueron realmente muy controvertidas, pero lo que vino después con Mauricio Macri, todos los cuestionamientos que yo le hacía a Cristina parecen un juego de niños. Lo de Macri ha sido tremendo. Él no está combatiendo la corrupción, la está legitimando. En este contexto, recuperar la calidad institucional es una necesidad. Y para eso no hace falta, de ningún modo, modificar la Constitución o sacar nuevas leyes. Tenemos todos los instrumentos legales para hacer lo que tenemos que hacer”.
Sin embargo, por fuera de la dualidad compuesta entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio existen algunos espacios políticos alternativos al oficialismo y a la principal oposición del Gobierno que se mantienen a la expectativa de lo que pueda suceder el próximo domingo 27 de octubre.
El candidato a Presidente por el bloque Consenso Federal, Roberto Lavagna, sacó a relucir su optimismo en el programa A Dos Voces, por la señal TN, en la cual mostró un sticker con la leyenda “#LavagnaAlBallotage”. Según publicó Clarín sobre este episodio ocurrido en el ciclo conducido por Edgardo Alfano y Marcelo Bonelli, el ex Ministro de Economía de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner reconoció que posee una buena relación con Alberto Fernández y que mantuvo conversaciones con el primer mandatario. No obstante, fue muy crítico con respecto a las medidas económicas adoptada por el gobierno: «La herencia que recibió es mala, pero la que deja es peor». Además dejo entrever que la Argentina podría recaer nuevamente en un proceso de hiperinflación «Si el Gobierno comete errores y la oposición actúa con irresponsabilidad».
Con una postura más controversial, Nicolas Del Caño insta, junto con el Frente de Izquierda y de los Trabajadores, a desalentar la polarización y fortalecer la presencia en las calles. Su intención para las elecciones generales de octubre es que el espacio político del cual forma parte se pueda adueñar de algunos cargos parlamentarios. Más allá de que el objetivo primordial del FIT apunta a lo económico, Del Caño aseguró que no dejará de lado temas relevantes como el aborto, los reclamos de género y el medioambiente, de acuerdo con lo trascendido en una nota publicada por La Nación.
Por su parte, José Luis Espert, en su primera aventura por la contienda presidencial, logró superar el mínimo establecido en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias, pero sabe que sus posibilidades de sentarse en el sillón de Rivadavia son casi nulas. Sin embargo, el docente académico no pretende dar marcha atrás en su lucha. “Los gritos desesperados para que me baje de la candidatura vienen del propio liberalismo. Es ridículo porque no le voy a sumar más de dos puntos a Macri, si todos mis votos fueran para él. No lo voy a hacer”, afirmó. Un artículo reciente del diario Perfil destaca que el economista de 57 años concentrará sus energías en los debates obligatorios que tendrán lugar los días 13 y 20 del décimo mes del año, en donde hará hincapié en haber sido quien haya anticipado el derrumbe económico del oficialismo por no haberse animado a realizar los ajustes necesarios, dándole a su discurso una tónica antikirchnerista, antimacrista y antisistema.
Julio Cabelli