El comienzo de esta nueva etapa se estrenó con el partido entre Rosario Central y Villa San Carlos, en el que las de Arroyito se llevaron el primer triunfo con un categórico 5-1. La realidad detrás de este duro golpe para las del Cele va mucho más allá del resultado final, ya que previamente estuvo al borde del descenso de oficio. La dirigencia del club argumentó la imposibilidad de costear económicamente el proceso de profesionalización por lo que sentenciaron el descenso a la Primera B. Las mismas jugadoras fueron las encargadas de salir en busca de sponsors para cubrir los gastos de la Primera División y, aunque lograron el objetivo de mantener la categoría, los inconvenientes están a la vista. Situaciones como estas desnudan la precariedad con la que diversas instituciones funcionan.
Por el lado “feliz” del partido, fue Selena Chamorra la que firmó en el libro de grandes honores del fútbol femenino argentino, ya que fue la encargada de convertir el primer gol. “Es fuerte, aunque cuando me dé cuenta de todo esto, lo será más”, le contó la delantera del barrio Alvear al diario La Capital. Tal vez ni siquiera las mismas protagonistas tomen dimensión de lo significa aún, pero lo cierto es que todo esto es historia viva; por la lucha, de las que estaban y las que están.
Pintorescos relatos escritos por las propias protagonistas, como lo es el caso de Luciana Pérez, jugadora de Huracán. Ingresó en el segundo tiempo de lo que terminaría siendo la derrota por 2 a 0 ante Gimnasia de La Plata. Pero, más allá del resultado, lo que quedará en su recuerdo será la experiencia de ser parte de la Primera División con solamente 14 años. Asiste al colegio secundario y no solo entrena con el primer equipo quemero sino que, además forma parte de la tercera de futsal. También participó en los entrenamientos de la Selección Nacional Femenina Juvenil Sub-15 dirigida por Diego Guacci; presente y futuro para el fútbol femenino. Pequeñas historias que ilustran al campeonato.
Goleadas como las de Rosario Central, Racing y el SAT no solo demuestran el férreo ataque de unas, sino también las dificultades de otras. Falta de presupuesto, de tiempo de trabajo, de importancia otorgada por los dirigentes… La profesionalización no es el fin, sino en el principio de un camino que va a necesitar mucho más que solo las ganas de las mujeres. El gran primer paso lo dieron ellas, pero sin el acompañamiento adecuado, la senda solamente va a ser cuesta arriba. Al fin y al cabo, el objetivo final es hacer del fútbol femenino una liga atractiva y convocante.
Por: Belén Medina, 2B Turno tarde.