La Odisea de los Giles sigue batiendo récords. Superó ampliamente el millón de espectadores, es una de las treinta películas más vistas de la historia del cine nacional y fue ovacionada en más de un festival especializado. La película está basada en una gran obra literaria de Eduardo Sacheri, “La noche de la Usina” y, siempre que este autor esté involucrado, habrá alguna referencia al deporte que lo apasiona. “Hay quienes sostienen que el fútbol no tiene nada que ver con la vida del hombre, con sus cosas más esenciales. Desconozco cuanto sabe esa gente de la vida. Pero de algo estoy seguro: no saben nada de fútbol”, afirma el escritor, casi como una declaración de principios.
Ni la novela la película, giran estrictamente en torno en fútbol. Pero detrás del protagonista, Fermín Perlassi, se esconde un pasado como profesional. De hecho, es tomado como uno de los pocos ejemplos de personas que tuvieron éxito y aun así decidieron volver al remoto pueblo de O’Connor. El éxito visto en términos de fama, plasmada en apariciones en noticieros de televisión, en alguna revista El Gráfico y el mito que nadie puede comprobar sobre una supuesta tapa en la revista Gente, y en términos económicos, ya que regresó al pueblo con un buen capital. Sin embargo, optó por poner una humilde estación de servicio y ocultar su pasado en el deporte.
El personaje ya había aparecido en una novela anterior de Sacheri, “Araoz y la verdad”, donde el protagonista, el propio Araoz, viaja a O’Connor buscando respuestas por parte de Perlassi sobre un partido de hace muchos años en el que Deportivo Wilde, perdió la categoría.
En la película se agregan otros detalles. Perlassi tiene una estatua en la plaza del pueblo, en su momento imponente, pero al tiempo en que la película transcurre, muy desgastada por el paso del tiempo. Jugaba de volante central, de número 5, era apodado “La perla de la corona” y una vez le hizo un gol memorable a Chacarita sobre el final del partido. Suele darle vergüenza hablar de su pasado en el fútbol, y tampoco parece ser de aquellos obsesionados con el deporte, sin embargo parece quedar en él cierto rastro de su paso por las canchas, en su forma de hablar, en algunos valores que resalta y en su natural liderazgo.
Juan Ignacio Minotti 2° B TT.