El tren que une las estaciones de Retiro y Villa Rosa es la línea que maneja más accidentes fatales en los últimos tiempos. La principal causa es la gente que viaja colgada en las puertas o en las escaleras, ya que a diferencia de la mayoría de las líneas ferroviarias que tienen puertas las cuales cierran y abren automáticamente, esta línea tiene las puertas manuales, que por lo general están abiertas y la gente viaja en ellas. Pero además, cada vez hay más robos y muertes por empujones y caídas al vacío.
Esta línea de tren es privada; es la empresa “Ferrovías” quien la maneja desde el año 1994. Los vagones empezaron a quedar viejos, tanto en estructura como en tecnología, y las locomotoras, que tienen 45 años años de antigüedad, continúan siendo diésel-eléctricas, a diferencia de los trenes más modernos, que son totalmente eléctricos.
Los usuarios frecuentes de este tren lo llaman “el tren de la muerte” y la estación Carapachay es conocida como “la estación dela muerte”, ya que es la que más hechos de inseguridad registra. Desde 2015 hasta ahora, se registraron más de 120 muertes en total entre todas las estaciones, una cifra descomunal, que muestra la realidad de una línea ferroviaria muy abandonada.
Entre los delitos más comunes dentro de esta línea está la modalidad de los pungas, quienes aprovechan la falta de policías en los vagones para arrebatarles los celulares a los pasajeros y bajar rápido, lo que suele generar accidentes. Uno de los casos más conocidos fue el de Brenda, una joven periodista, a la que en noviembre del 2017 le robaron el celular en la estación de Don Torcuato y luego cae del tren, sufriendo graves heridas principalmente en las piernas, aunque zafó de la muerte. Los hechos quedaron gravados por las cámaras de seguridad, pero el ladrón igualmente escapó.
“Uno nunca sabe si va a llegar vivo a la casa o al trabajo”, declaró Susana, una señora de 56 años que viaja hace 30 años en el tren. “En los horarios pico, cuando la mayoría de la gente va o vuelve de trabajar, muchas veces tenes que dejar pasar uno o dos trenes, porque no se puede entrar y a mí me da miedo viajar en la puerta”, continuó.
Cristina, otra pasajera, contó que vio cientos de robos en los 20 años que lleva viajando en este tren, y dijo que la principal solución es poner un policía en cada vagón. Igualmente, como muchos otros pasajeros, ella cree que hasta que se cambien las formaciones y tengan puertas automáticas estos hechos seguirán pasando.
El Belgrano Norte tiene un recorrido que va desde Retiro, en la Capital Federal, hasta Villa Rosa, partido de Pilar. 54 kilómetros separan un punto del otro y 22 son las estaciones que la componen. El recorrido entre cabeceras tarda aproximadamente 1 hora y 45 minutos. Si bien el servicio llega hasta Villa Rosa, en esta estación comienza el “Belgrano cargas”, que es propiedad del estado. En días de semana, el tren tiene una frecuencia entre 7 y 13 minutos y fin de semana entre 20 y 25 minutos.
Valentín Cotter