La selección argentina femenina de hockey sobre césped en los Juegos Panamericanos de Indianápolis 1987 consiguió por primera vez una medalla de oro y una de las integrantes de ese plantel era María Alejandra Tucat, jugadora del club San Fernando, quien además integró el seleccionado provincial de Buenos Aires y ganó los campeonatos de la República de 1981 a 1987. También recibió el Diploma al Mérito de los premios Kónex 1990. En exclusiva para Pirámide Invertida, repasa su historia y habla de la evolución de la disciplina en los últimos 20 años.
-¿Qué significó para usted haber sido una atleta olímpica?
-Es una experiencia que no te olvidás nunca más en tu vida, tener la posibilidad de estar en una villa olímpica y vivir unos Juegos Olímpicos te hace ver, conocer deportistas de todo el mundo, acceder a disfrutar de otros deportes, como el atletismo. Me acuerdo que en ese momento estaban Ben Jonhson, Carl Lewis, también tuvimos la oportunidad de presenciar tenis y entablamos una relación de amistad con Gabriela Sabatini.
-Usted ha logrado la medalla de oro junto al seleccionado argentino en los Juegos Panamericanos en Indianápolis ’87 ¿Qué significa para usted?
-Fue algo muy importante para nosotras, en esa época en la Argentina prácticamente no había canchas de césped sintético, solo existía una sola; y haberle ganado a Estados Unidos, que en ese momento estaban rankeadas segundas o terceras a nivel mundial y en su país fue algo realmente muy valioso. El equipo en ese momento logró una solidez que no venía teniendo y fue muy lindo lo que conseguimos.
-Más allá que en los mundiales de 1974, 1976 y 1994 el seleccionado femenino había conseguido un 2° puesto, ¿Qué es lo que cambio para que a partir del siglo XXI, Argentina casi siempre esté en el podio de los torneos más importantes como el Mundial, el Champions Trophy y los Juegos Olímpicos?
-Creo que fundamentalmente se debe a que todo el hockey se juega en césped sintético y las jugadoras se forman sobre esa superficie, muy diferente a lo que sucedía cuando yo jugaba. Mi grupo fue el primero en participar en un torneo mundial sobre sintético, cuando en los torneos de acá solo se jugaba en el césped convencional. Solo entrenabas en artificial con el seleccionado, entonces se daba mucha ventaja, porque muchos gestos técnicos del sintético no los teníamos incorporados del todo. Nuestro entrenador de esa época nos decía que cuando Argentina contará con canchas sintéticas en todo el país, no se iba a bajar del podio y bueno creo que así fue, cuando las jugadoras tuvieron acceso a entrenarse todo el tiempo y jugar en sus clubes en esa superficie ha hecho mejorar, más allá de la habilidad en si y el temperamento que tienen las argentinas, hacen que hoy estén en el lugar que están.
-Usted durante muchos años se ha dedicado a la dirección y coordinación técnica de inferiores ¿En lo deportivo qué buscaba inculcar? ¿Y en lo humano?
-Siempre lo que busqué inculcar fundamentalmente es el compromiso, la responsabilidad, la entrega, superarse día a día, no solamente individualmente, sino también como grupo. O sea no la competencia en si, creo que en las jugadoras menores es importante transmitir este tipo de valores y no poner siempre por delante un resultado deportivo, tratar de mejorar, mas allá que a veces los logros no se den.
-¿Qué opina de Sergio «Cachito» Vigil? Hábleme de su importancia para el hockey femenino.
-Vigil ha sido un pionero en llevar adelante el hockey a lo más alto. Sus mayores cualidades, no solo es todo lo que posee a nivel técnico como formador y sus conocimientos, sino que siempre se preocupó por desarrollar el valor humano en la jugadoras y de hecho ha logrado conformar a un equipo que hizo historia, que fue el que empezó a subirse al podio como Argentina nunca antes lo había hecho.
-Y si hablamos de Luciana Aymar ¿Qué opinión le merece?
-Creo que es sin dudas la mejor jugadora que tuvo el hockey hasta ahora, por algo ha sido elegida tantas veces mejor jugadora del mundo. Tuve la oportunidad de convivir con ella, cuando fui jefa de equipo de Las Leonas en el Mundial 2010. Creo que, por sobre todas las cosas, es muy humilde y que tenía permanentemente una voluntad de sacrificio por entrenarse sin tener en cuenta lo buena que era, se entrenaba a la par o por encima de las demás, encima tiene una habilidad y actitud dentro de la cancha que pocas veces vi en mi vida, creo es de esas dotadas, que es difícil que se vuelva a ver a alguien así, seguramente en un futuro habrá, pero hoy por hoy creo que nadie ha llegado a reemplazarla.
-¿En la actualidad para usted quién es la mejor jugadora argentina que tiene el hockey femenino?
-No podría dar una opinión de quién es la mejor jugadora argentina en este momento, creo que el seleccionado es muy joven, pero también está integrado por jugadoras que ya habían participado del equipo en 2010. Pero pienso que hay jugadoras que están surgiendo que son muy talentosas como María José Granatto, Julieta Jankunas. Julieta es una gran promesa para el hockey, empezó a incursionar en los seleccionados desde muy chica y tuve la oportunidad hace años de verla en Córdoba y en ese momento me sorprendió y no tenía dudas, aunque tendría 13 o 14 años, de que iba a llegar, porque mostraba cualidades que otras no tenían.
-¿Cómo le gustaría que sea recordada por las jugadoras que usted dirigió?
-Me gustaría ser recordada como alguien que les dejó algo, que pudieron aprender, no solo desde la parte del hockey, sino también desde mi aporte como ser humano, exigiéndoles siempre dar lo mejor de sí.
-Uno de los premios más importantes que se le otorga a los deportistas en Argentina es el Olimpia ¿Qué recuerdos tiene de las dos oportunidades (1985 / 1990) que fue ternada?
-A pesar de no haber podido ganar, obviamente guardo los mejores recuerdos, el haber disfrutado de esa cena al lado de los mejores deportistas del país, es algo muy grato y por sobre todas las cosas, haber sido reconocida en esos dos momentos que me había destacado en el seleccionado.
-Y por último, ¿qué significó el hockey en la vida de Alejandra Tucat?
-La vida del hockey significó todo para mí, lo practiqué desde muy chica hasta los treinta y pico, me brindó la posibilidad de conformar un grupo, de poder viajar por todo el mundo, de aprender para luego poder dirigir en los distintos clubes. Me dio mis amigas de toda la vida, que hoy sigo estando junto a ellas, que formamos una amistad desde los 10 años. Hoy cuando viajo, lo hago con ellas, cuando celebro las alegrías o padezco las tristezas también están a mi lado, por eso digo que este deporte me dio todo.
Pablo Mendoza, 2°B turno mañana.