La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación dio a conocer la confirmación de la identificación del cuerpo del soldado correntino Ramón Antonio Meza, quien falleció en la guerra de Malvinas. En su lápida hay una leyenda que señala: “Soldado argentino solo conocido por Dios”.
Hijo mayor de la familia, que incluía a su madre y a sus cinco hermanos, Ramón era su sostén. Estudió en la Escuela 471 de su pueblo y trabajó día y noche para llevar cada día la comida a su casa. Cusndo le tocó hacer el servicio militar en la Brigada de Infantería de Marina Nº 1, se despidió de sus familiares con un uniforme blanco y muy orgulloso.
El 2 de abril recibió muy emocionado una noticia que le cambiaría su vida: la recuperación de las Islas Malvinas. Un oficial les comunicó que el Batallón de Comando partiría hacia las islas, como refuerzo del Batallón de Infantería de Marina Nº 5, el Regimiento 25 y el 7. Pese a dicha disposición, él sería excluido de la convocatoria. Su instructor conocía perfectamente su situación familiar y no quería exponerlo. Sin embargo, luego de haberse negado a dicha orden, terminó partiendo como ayudante. Su deseo era luchar por la patria.
Cubrió su puesto al norte de la Península, uno de los sectores más atacados por los militares británicos, y reforzó la sección de tiradores del subteniente Domínguez del Regimiento 25. Según el vicealmirante Juan Marín, combatiente de Malvinas allí se convirtió en héroe al “entregar la vida a su patria”.
El fatídico desenlace ocurrió el 25 de mayo de 1982. En aquel mediodía,una bomba de retardo lanzada por un avión Vulcan británico atravesó su cuerpo. En la Bahía Yorke, al norte del aeropuerto de la Isla Soledad, Ramón Antonio Meza, de apenas 20 años, caía combatiendo detrás de su ametralladora de 12,7 milímetros durante un intenso intercambio de fuego con el enemigo.
Tras lo sucedido, sus compañeros intentaron salvarlo. El cabo principal Peralta, su jefe de sección y el teniente Otero, jefe de la Compañía, solicitaron de manera urgente un helicóptero para llevarlo de manera inmediata al Puerto Argentino con la esperanza de salvar su vida. Sin embargo, todos los esfuerzos serían en vano. Tras el aterrizaje, el joven correntino ya se encontraba sin vida abrazado a la foto de su novia, de la cual estaba enamorado.
Esta historia de amor es recordada por aquellos que conocieron al soldado nacido en Curuzú Cuatiá, Corrientes. En su ciudad, su madre Delia Bernardina Meza y dos de sus hermanos, Juan y Jesús, recibieron la noticia por la que venían luchando hace años. Luego de una larga espera, habían identificado el cuerpo de Ramón Meza. El correntino es el soldado 114, de 122, en recuperar su identidad gracias al Plan Proyecto Humanitario.
Ramón Orlando Mendoza, veterano nativo de Goya, aun recuerda a su compañero con mucha emoción: “Tenía una foto de su novia y a cada momento nos la mostraba muy orgulloso y nos decía: ‘Miren envidiosos que linda que es mi novia. Al regresar me voy a casar con ella. Va a ser la madre de mis hijos”. Antes de guardarla recuerdo que siempre le daba un beso. Cuando aquel día agonizaba, en esos últimos minutos de vida, sacó la foto de su bolsillo, como solía hacer, y lo único que hizo fue apretarla fuerte contra su pecho. No tengo dudas de que pensó en el amor que dejó en su ciudad hasta el último segundo”.
En Corrientes existe un emblemático “chamamé” en honor a los héroes que combatieron en Malvinas. Lleva el nombre de “Los Ramones”. Relata la historia de seis soldados correntinos que dieron la vida por la patria. Algunos de ellos regresaron, otros no corrieron con la misma suerte. Una de sus estrofas recuerda la vida de aquel soldado caído el mediodía del 25 de mayo de 1982, Ramón Antonio Meza.
Julio Cabelli