El 9 de julio terminó de una manera no esperada para los trabajadores del tren Sarmiento. Desde las 23 horas del pasado martes, el servicio levantó los molinetes en señal de protesta por la detención de un compañero que defendió a una de las trabajadoras de la empresa que había sido agredida por un pasajero.
Rubén “Pollo” Sobrero, secretario general de la Unión Ferroviaria sección Oeste, anunció la medida de fuerza vía Twitter: “Urgente paro ferrocarril Sarmiento, debido a la detención de un ferroviario por defender la agresión física de un usuario a una compañera, a partir de las cero horas boleterías y evasión cesan actividades, si no es liberado durante la mañana involucramos a las demás especialidades”. El conflicto tomó estado público en pos de exigir nuevas y más fuertes medidas de seguridad para preservar la integridad física de los trabajadores del ferrocarril.
Además, varios trabajadores de la empresa hablaron con los medios de comunicación explicando que “las condiciones de trabajo no son las adecuadas, el servicio por diferentes aspectos deja mucho que desear», y son ellos quienes deben dar explicaciones que no les corresponde. Por otro lado, hicieron hincapié en que hay una crisis importante en la sociedad y eso genera reacciones agresivas en la sociedad, siendo un común denominador por estos días.
Enrique Michel, delegado del tren Sarmiento, fue testigo privilegiado de los hechos y relató lo sucedido: «Ayer a la tarde un pasajero comenzó a agredir y amenazar a una compañera verbalmente y se fue, lo que lo hacía parecer un hecho aislado, pero continuó más tarde, cuando volvió alrededor de las nueve de la noche y la escupió en la cara y le pegó una trompada que le dejó la boca sangrando». El altercado culminó con el agresor y el trabajador que defendió a su compañera demorados por la policía durante 24 horas, en un claro acto de injusticia para con el derrotero de los hechos.
Los trabajadores del ferrocarril tildaron el hecho de injusto ya que no es lo mismo defender a alguien que agredir por iniciativa propia. Además, amenazaron con continuar con estas medidas de fuerza si los pedidos de reforzar la seguridad no se llevan a cabo. Además, la protesta (de tan solo 24 horas) no perjudicó a los usuarios que a diario usan el servicio público para trasladarse a diferentes lugares, ya que el único lugar donde no hubo control fue en las boleterías. Los horarios de los trenes mantuvieron su rutina diaria sin que se produjera ningún tipo de demoras.
En otro orden de cosas, el gobierno apareció en escena ya que es uno de los trenes que más gente traslada a diario; va desde la conocida estación de Once hasta Moreno. Juan José Méndez, secretario de transporte de la Ciudad, les dio su palabra a los trabajadores de que “en los próximos días la seguridad se verá reforzada y se revisará el mantenimiento de los trenes”.
Mauro González