Carlos Bianchi hizo historia en la década de los 90 al llevar a un club de barrio como Vélez Sarsfield a la cima del mundo.
El «Virrey», que ya había ingresado en la historia de la institución de Liniers en su etapa de jugador por haber convertido 206 goles en 325 partidos, luego le dio tres títulos locales y una Copa Interamericana como director técnico. Pero en el año 1994 llevó al Fortín a realizar dos grandes hazañas: le ganó la final de la Copa Libertadores a San Pablo en el estadio Morumbí y más tarde derrotó en un memorable partido al Milan de Italia en Tokio para quedarse con la Copa Intercontinental. Producto de estas gestas, en Vélez lo homenajearon de la mejor manera y en 2015 lo inmortalizaron con una estatua en la sede social del club, dentro del estadio José Amalfitani. En el siguiente podcast, Bianchi cuenta sus sensaciones de ser un símbolo velezano.
Una producción especial de: Matías Calomarde, Sebastián Doumont, Nicolás González y Manuel Tarrío.