Es una disputa que se estableció este domingo en el Gran Premio de Austria, donde Max Verstappen, a falta de dos vueltas para que se cierre el telón en el circuito Red Bull Ring, rebasó a Charles Leclerc con una maniobra polémica: en la curva 3 dejó sin pista al monegasco. De esta manera, se dio la sexta victoria del holandés en la categoría más prestigiosa de la FIA y al rompimiento de la racha negativa de los motores Honda, que llevaban 13 temporadas sin ganar.
“Es injusto. El final habría sido el mismo, pero no creo que sea la forma de adelantarse”, manifestó el piloto de Ferrari, a lo que el ganador de la carrera retrucó: “Son carreras de F1, sino nos quedamos en casa”.
https://twitter.com/Insidef1/status/1145349810892894209?s=19
Esta enemistad tiene antecedentes situados en 2012, cuando los dos corrían en karting en el campeonato KF2 de la WSK Euro Series. Mismos actores, diferentes papeles. En aquel entonces lideraba Max y Charles era su perseguidor, quien logró un adelantamiento a partir de unos empujones; que luego fueron «devueltos». Dicha acción culminó con la descalificación para ambos. A la larga quien terminó ganando por descontar puntos en esa carrera fue el piloto de Ferrari, ya que se adjudicó el título. Pero al año siguiente (2013), el holandés le arrebató la corona a modo de revancha.
Después de esa competencia de karting, Verstappen dijo: “Es simplemente injusto. Estaba liderando y él me quería adelantar. Me empujó, yo le empujé y él me volvió a empujar y me echó de la pista. No es justo”. Algo diferente a las declaraciones de la actualidad, al igual de Leclerc, quien manifestó: “No ha pasado nada, sólo un incidente de carrera”. Eran chicos con hambre de victoria como hoy en día, pero inmaduros.
A partir de ahí, sus caminos no se cruzaron hasta llegar a la Fórmula 1. El sendero de Verstappen fue más corto ya que en el 2014 compitió en la F3 europea de la FIA, donde acabó tercero y le bastó para recalar en las filas de Red Bull Junior Team y ser el piloto de pruebas de Toro Roso (equipo reserva de la marca austríaca), y rechazó a Mercedes. A la temporada siguiente debutó en la categoría madre batiendo todo tipo de récords acorde a su corta edad (automovilista más joven en conseguir un podio, en disputar un GP, entre otros rubros) gracias a su manejo agresivo; que concluyó en el ascenso al conjunto elite de Red Bull.
La vía de Leclerc fue la más tradicional, escala por escala. Tras su paseo por los kartómetros, derivó en la Fórmula Renault 2.0, donde culminó segundo en el certamen, Desde ahí dio paso a su inserción en el Campeonato Europeo de F3 de la FIA; consiguió un cuarto puesto en 2015. Estos buenos resultados atrajeron el interés de Ferrari, que lo puso a trabajar como conductor de pruebas en la escudería Haas F1 Team y del Cavallino Rampante, mientras simultáneamente competía en GP3 y F2 (se consagró en ambos campeonatos) hasta al año siguiente, que debutó en la categoría madre con Alfa Romeo Sauber.
Dos competidores natos, jóvenes; con manejo similar, agresivo y arriesgado. Sin dudas, estas dos promesas le entregarán al automovilismo y a la Fórmula 1 un espectáculo sin igual en el futuro, ya que carece de estimulantes en estos últimos años. Si bien ya se preveía algo de la nueva rivalidad, en Spielberg confirmaron que serán protagonistas de los siguientes títulos mundiales.
Por: Facundo Estelrrich.