Rocío Quagliarello, es la única sobreviviente de la masacre en San Miguel del Monte. Pudo salir con éxito de los múltiples traumatismos que le causó el incidente, en el que fallecieron cuatro de sus mejores amigos. El pasado miércoles cumplió 14 años y no fue una celebración más. Decidió con su familia visitar aquel lugar que le devolvió la vida, el Hospital de Alta Complejidad El Cruce, en Florencio Varela, donde permaneció 24 días internada.
El 20 de mayo último, Rocío subió a un Fiat 147 junto a Camila López de 13 años, Gonzalo Domínguez y Danilo Sanzone de 14 y Aníbal Suárez, dueño del auto, de 22 años. Por motivos aún no esclarecidos, un móvil de la policía bonaerense persiguió al viejo Fiat y disparó contra él. Desde otro patrullero también dispararon contra el vehículo de Aníbal para que detuviera su marcha, pero lo único que lograron fue que el conductor perdiera el control y chocara contra el acoplado de un camión estacionado en la ruta 3, en unos de los accesos a Monte. Allí murieron los cuatros jóvenes que viajaban junto a Rocío.
Además de celebrar su cumpleaños, Rocío logró avanzar un paso más en su recuperación. Le quitaron los brackets que le habían colocado para fijar su mandíbula, fracturada en el impacto del auto contra el acoplado.
No solo su estado de salud era grave; también se enfrenta a un gran desafío que implica ser la única sobreviviente de la tragedia. «Ella tenía que saber antes de irse del hospital cuál era la realidad con la que se iba a encontrar cuando volviera al pueblo», comentó la pediatra Karina Cinquegrani.
Por su parte, el Fiscal de Cañuelas Lisandro Damonte pidió la prisión preventiva de los 12 policías y de un funcionario municipal por las muertes de los cuatro jóvenes y las heridas causadas a Rocío.
Nicolás Álvarez