En el primer día del mes, Andy Ruíz Jr. hizo historia; entre las risas y burlas, derrotó a Anthony Joshua por nocaut técnico en el séptimo round y le arrebató los 4 títulos mundiales pesados. ¿Por qué entre risas y burlas? Por su físico. El mexicano no tiene el aspecto estereotipado de un boxeador; por eso, porque nunca hubo un campeón mexicano peso pesado, porque el inglés es la gran estrella de la categoría y porque logró recomponerse luego de una caída en el tercer round, haciéndolo besar la lona cuatro veces, es uno de los hitos más grandes del boxeo.
“Esto es lo que he estado soñando, por lo que he estado trabajando duro. No puedo creer que solo haya hecho realidad mis sueños. Acabo de hacer historia para México. Esto es lo que he estado soñando desde que tenía seis años”, dijo Ruiz a DAZN. A esa edad fue cuando comenzó a entrenar gracias a la influencia de su padre. Sus primeras peleas amateurs fueron a los 7 años y todas contra hombres mayores, ya que no había niños de su edad con su peso. «Me costó un poco acostumbrarme y a veces me deprimía», contó Andy, quién recibía críticas; que era demasiado gordo para boxear, y burlas diariamente por su físico en su niñez.
Nació el 11 de septiembre de 1989 en Imperial Valley, California; pese a eso, siempre se sintió identificado por sus raíces mexicanas. Este condado se encuentra a 16 kilómetros de la frontera con México y es un territorio de pandillas y tráfico de drogas; lo que le provocaba problemas a la familia, ya que tenía peleas muy a menudo. «A los 10 años se peleaba con policías», admitió su papá, en una entrevista a The Telegraph. Cuando “The Destroyer”, como se lo apoda, protagonizaba estas riñas, que hacían que decaiga su dedicación al boxeo, su padre, que era albañil, lo llevaba a las obras en construcción para que aprendiera lo que le esperaba si seguía metiéndose en problemas. Sin embargo, el punto de inflexión se produjo cuando le dijo a un amigo policía que arrestara a su hijo. «Hay mucho contrabando de drogas. Hay pandillas. Carteles. Pero, por suerte, el boxeo me salvó la vida. Me mantuvo disciplinado, me alejó de las calles», confesó Ruiz.
La carrera amateur de Andy fue muy buena: cosechó 105 victorias y 5 derrotas de la mano de su entrenador Fernando Ferrer. En 2008, perdió la posibilidad de clasificarse a los Juegos Olímpicos del 2008, tras caer contra Robert Alfonso y Oscar Díaz. Esta situación provocó que vuelva a Imperial Valley, se reúna con viejas amistades, caiga en la depresión y llegue a pesar casi 160 kilos. A pesar de eso, “The Destroyer” debutó de manera exitosa como profesional en 2009 contra Miguel Ramírez en Tijuana. Luego de ese combate, siguió superando rivales y consiguiendo títulos, como el Intercontinental de la OMB en Arabia Saudita en 2013, hasta que le llegó la gran oportunidad. Con un récord de 29 victorias, se ganó la posibilidad de disputarle al australiano Joseph Parker el título mundial pesado de la OMB. Finalmente, Ruiz cayó por decisión unánime del jurado y no volvió a subirse a un cuadrilátero hasta 2018.
Luego de ganar algunas peleas, él mismo, con la ayuda de ciertos imprevistos, se fabricó la posibilidad de enfrentar a Joshua. El rival pactado era Jarrel Miller, pero dio positivo en el dopaje y quedó afuera. Ruiz ni lo dudó: se comunicó con el promotor del combate, Eddie Hearn, a través de Instagram y le escribió: “Dame la pelea, voy a pelear más fuerte que cualquiera de los hombres que han mencionado, voy a darle una mejor pelea y voy a vencer a Anthony Joshua”. Ante la desesperación por conseguir rival, el organizador aceptó. Tras la victoria de Ruiz, el mismo promotor fue quien confirmó que a mediados de noviembre o diciembre habrá revancha entre Anthony Joshua y Andy Ruíz Jr.
Joaquín Ginesta Spinelli, 2ºB, Turno Tarde