La operación Lava Jato, que se encargó de poner tras las rejas al ex presidente Lula Da Silva en 2018, está en plena investigación después de que el medio The Intercept filtrara semanas atrás una nota en donde se demostraría que Moro -para ese entonces juez de la causa- y el fiscal del caso, Deltan Dallagnol, habrían direccionado la investigación mediante normas de imparcialidad. Por esto, la Orden de los Abogados de Brasil ha pedido que se investigue al ministro y a otros funcionarios públicos involucrados.
La designación de Moro como ministro de Jair Bolsonaro, principal beneficiario de que Lula no pudiera competir en las elecciones cuando era el candidato potencial en las encuestas, despertó dudas. A raíz de esto, la defensa del ex mandatario acusa que Lula fue víctima de «persecución política» y que el juicio en su contra debería ser declarado nulo.
El escándalo golpea al gobierno de Jair Bolsonaro, quien muestra su apoyo al ministro, con quien se reunió posteriormente a las revelaciones. El jefe de gabinete ministerial, Onyx Lorenzoni, dijo que las filtraciones de estos diálogos “son una tentativa de buscar una alternativa para el ex presidente”.