Los bebés y el Colón. El teatro más importante de la Ciudad de Buenos Aires abre su puertas para realizar funciones para chicos de entre 3 y 24 meses, con el objetivo de ampliar el público que concurre allí y estimular el lazo entre padres e hijos. La propuesta favorece la interacción de niños con los artistas.
Ellos no son espectadores, sino participantes activos. Sonidos, música, posibilidad de que puedan tocar y golpear algunos instrumentos, bailar con sus padres al compás del ballet, estímulos visuales, telas de colores y bailarinas convierten a esta actividad en una experiencia totalmente sensorial y creativa para los niños. Jugando tienen su primer acercamiento a la música, al ballet y al teatro.
El lugar está acondicionado especialmente para la ocasión. Uno de los requisitos es estar descalzo, ya que el Salón Dorado tiene colocado piso de goma. Además posee cambiadores, área de lactario, estacionamiento de cochecitos, baño sólo para las mamás y bebés, y sala para dejar los zapatos.
La orquesta está compuesta por dos pianos, un cello, una flauta, una celesta y un xilofón, acompañados por una bailarina. Estos interpretan “El Carnaval de los Animales”, compuesta en 1886 por el compositor francés Camille Saint-Saens. Los conciertos están divididos en tres franjas por edades; de 3 a 9 meses, de 10 a 18 meses y de 19 a 24 meses.
María Victoria Alcaraz asumió en 2016 como Directora General del Teatro Colón y se puso el objetivo de generar actividades para los más chiquitos. Los preparativos comenzaron en diciembre, pero el proyecto nació a partir de su asunción. Se trabaja con especialistas en niñez y educación,en conjunto con los músicos y bailarines, sin perder la calidad y excelencia del lugar, ni siquiera en una propuesta infantil.
Según la directora, las funciones de este tipo son parte del papel que tiene el Colón en la sociedad. “Trabajar intensamente en despertar el interés y la sensibilidad en lo más jóvenes es una obligación del Teatro Colón. Esto es como andar en bicicleta: si aprendés de chico es más fácil y sucede naturalmente. Ese es el razonamiento: que los chicos entren al Colón, que lo recuerden, caminen, que lo vivan”, remarcó.
Sumado a esto, luego de haberse realizado el primer ensayo, resaltó el impacto positivo que tienen estas actividades en la vida de los chicos a nivel didáctico y durante su desarrollo como personas. “Es una experiencia para hacer en el largo plazo; estamos absolutamente seguros de que hay algo mágico que hoy se produjo acá y que va a quedar por el resto de sus vidas, aunque los bebés no se vallan a acordar”, expuso. Y agregó: “Este primer contacto nos parece muy, muy fuerte y es una buena invitación para que cuando vayan creciendo, sigan volviendo y se transformen en el futuro público del lugar. Es un tacto esencial que queremos mantener con los porteños y los argentinos en general”.
En el primer ensayo estuvieron presentes los empleados del teatro y sus hijos, quienes disfrutaron de 50 minutos de una experiencia corporal, auditiva y visual, dirigidos por Eugenia Schvartzman y Mariana Cincunegui, quienes propusieron las consignas y guiaron al grupo.
Los tickets se consiguen en la boletería del teatro o por internet y está previsto que se desarrolle durante todo el año.
Sebastián Rojas