Ana Frank no fue una niña más, de hecho ha entrado en la historia mundial. Se hizo conocida por haber escrito su propio diario íntimo, en el cual narró la experiencia personal que tuvo que vivir al permanecer escondida junto con el resto de su familia en una casa, mientras eran perseguidos por el régimen nacionalsocialismo, mayormente conocido como los nazis.
Un 12 de junio de 1929 nacía Annelies Marie Frank, más conocida popularmente como Ana Frank, en Fráncfort del Meno, una ciudad perteneciente al estado de Hesse, en Alemania. Fue una niña alemana pero con ascendencia judía. Su familia estaba compuesta por sus dos padres, Otto Heinrich Frank y Edith Frank, y su hermana Margot Frank. Su padre se dedicaba al rubro empresarial y su madre era ama de casa.
Debido a la persecución con la que tenían que convivir los judíos por parte del nacionalsocialismo, la familia de Ana Frank decidió mudarse hacia Holanda, más precisamente a la ciudad de Ámsterdam, con el propósito de esconderse de esta persecución y poder encontrar una nueva vida con prosperidad y paz. En Ámsterdam, el padre de Ana trabajaba en una fábrica que se dedicaba a la venta de pectina, mientras que su madre cuidaba de la casa y de sus dos hijas. Los primeros años desde el arribo fueron tranquilos y pudieron transitarlos con normalidad. Tanto es así que la propia Ana logró aprender el idioma neerlandés y asistir sin ningún inconveniente a la escuela primaria Montessori.
El 10 de mayo de 1940 no fue una fecha más para la propia Ana ni para su familia, tampoco para Holanda, debido a que Alemania invadió al país. La batalla duró solamente 5 días, ya que los holandeses decidieron rendirse debido a la debilidad que presentaban sus fuerzas armadas para combatir contra un ejército mucho más fuerte, como lo era el comandado por Adolf Hitler. Debido a esta invasión, y por consiguiente, al dominio en todos los aspectos de la vida cotidiana por parte del nazismo, llevaron a su familia a tener que buscar otro refugio, y fue aquí donde tomaron la decisión de refugiarse en una casa que también estaba en ubicada Ámsterdam, junto con otros 4 judíos más. Uno de ellos era dentista y los otros 3 eran parte de la familia Van Pels, formada por ambos padres y un solo hijo varón.
Cuando Ana cumplió los 13 años recibió un diario que no sería uno más en la vida de ella, sino que con el transcurrir del tiempo dejaría su propia huella. En este diario ella dejó sentado por escrito todas las cosas que tuvo que vivir mientras permanecía escondida junto con el resto de su familia en la casa. Principalmente contó las situaciones que pasaban cotidianamente, así como también sus propios pensamientos personales y sentimentales. Más adelante se vio obligada a reescribirlo, tras escuchar por la radio al ex ministro de educación holandés, Gerrit Bolskein, que le solicitó al pueblo holandés que logre conservar los documentos más relevantes, en pos de que puedan ser de conocimiento público una vez finalizada la guerra.
La historia comenzó a tener un desenlace nefasto cuando la policía logró encontrar el escondite donde permanecía Ana, y procedió inmediatamente a detenerla junto con el resto de personas que estaban con ella, incluida su propia familia. Posteriormente a la detención, fueron trasladados a Westerbork (campo de concentración situado en Holanda), para luego partir con destino hacia el campo de concentración de Auschwitz. Una vez allí, los nazis tomaron la decisión basándose en sus propios criterios, de separar a los hombres de las mujeres. Más adelante, Ana fue enviada al campo de concentración Bergen-Belsen, donde finalmente murió a causa de tifus.
Ana Frank no solo ha pasado a la historia por su legado a través de sus escritos, sino que también por las situaciones que tuvo que vivir a diario, en uno de los contextos más complejos que ha tenido la historia de la humanidad, como ha sido la época del nacionalsocialismo.
Martín Kairuz