Sebastián Torok es uno de los más reconocidos periodistas vinculados al tenis. Pero, además, es uno de los pocos que ha logrado vencer la barrera del silencio del ámbito que rodea a Juan Martín Del Potro, lo cual pudo reflejar, además, en un libro. Por todo esto, resulta una referencia ineludible a la hora de hablar del mejor tenista argentino de los últimos años.
-¿Como es tu relación con Del Potro? Tiene un círculo muy cerrado y prácticamente ningún periodista tiene acceso a su vida.
-Bueno, no sé qué dirá él (risas)… Yo creo que tengo una relación respetuosa, de objetividad. Eso no significa que no haya escrito en estos años críticas o cosas que no le hayan gustado, pero tengo una relación respetuosa, nada más que eso. Es verdad que su círculo es cerrado. Él tiene un perfil bastante bajo y suele poner un escudo y después, de acuerdo a como se va alimentando la relación, lo corre o no.
-Escribiste un libro sobre él, “El Milagro Del Potro”. Ahora se viene el relanzamiento en inglés con un título distinto. ¿Con que más se van a encontrar los que ya leyeron la primera versión?
-Sí, el libro se llama “El Gigante amable”, en inglés. Era un sueño que yo tenía, sobre todo porque Del Potro es un deportista muy considerado, respetado y querido en E.E. U.U. y también en Inglaterra y me parecía que la obra tenía que estar, porque además no hay obras sobre él de este tipo. Está escrito a partir de 70 entrevistas, incluyendo a Franco Davin y Martiniano Orazi que estuvieron a su lado durante 7 u 8 años, en los peores y mejores momentos, y hay una gran cantidad de detalles. Esta nueva edición tiene además una actualización de lo que fue el 2018, el aspecto mental de Juan Martín, que arrancó el año muy golpeado por cuestiones personales y encontró en la psicología un nuevo aliado.
-¿En qué lugar ubicás a Del Potro en la historia del tenis argentino?
-Muy alto, muy, muy alto. Está en un podio con Vilas y Sabatini. A nivel hombres, es el segundo mejor tenista de la historia, después de Vilas. Ha ganado infinidad de cosas, además dando el «changüí» de estar 3 años ausente por cirugías.
-Hay una palabra que tiene un significado que parece hecho a su medida, resiliencia. ¿Considerás que es su mayor virtud?
-Sí, podría decir que es su mayor virtud en esta segunda etapa de su carrera. Tiene un montón de otras: su talento, su cabeza, su apetito o adicción al triunfo, como lo describe Martiniano Orazi. Es un competidor y un talento espectacular. Mover ese cuerpo de 2,00 metros como lo mueve, pareciendo de 1,70, su capacidad atlética y tenística, más un timing para pegarle a la pelota de locos, con un drive que sin dudas es de los más explosivos de la historia del circuito. Pero sí, tiene una gran capacidad para salir adelante.
-En “El Milagro Del Potro” también está el testimonio de Maradona, que resalta mucho la figura de Del Potro y cuenta que para él el día que ganaron la Davis en Croacia se metió en el corazón de los argentinos. ¿Para vos fue ese el día del quiebre definitivo o consideras que antes ya era un ídolo nacional?
-Para muchos ya era ídolo antes de ganar la Davis, pero hacerlo y de la manera en que lo hizo, jugando los 3 días en la final, ganando un partido increíble contra Murray en la semifinal, lo terminó de recibir de referente. Aquellos que alguna vez lo silbaron, lo desacreditaron o reprobaron sus actitudes vieron saldada la deuda, si es que tenía alguna deuda. Hay una anécdota interesante. El lunes a la mañana, después de la final en Zagreb, ellos se iban muy temprano del hotel y y fui al lobby antes de que su fueran y me lo encuentro a Juan que bajaba del ascensor y lo primero que me dice es ‘ahora puedo dormir tranquilo’. Y es verdad, se quitó un peso enorme, que muchas veces no le permitía disfrutar de lo que hacía en el circuito ATP. La Davis era un trauma y se lo quitó.
-¿El sentía una gran presión pese a no estar tan ligado a la generación que estuvo varias veces cerca de conseguir la Copa Davis y no pudo hacerlo?
-La presión que el sentía tenía que ver con que todo el mundo le pedía que ganara absolutamente todos los partidos. Después el muchas veces no la pasó bien en la Davis por conflictos con compañeros: con Nalbandian, con Mónaco, sin dudas con Jaite y Zabaleta, con parte de la dirigencia en 2012, con el Bicho Romani que era el interlocutor con la asociación, con quien no tenía feeling. Fue como un combo explosivo, por eso no podía jugar con tranquilidad.
-¿Lo imaginas algún día alcanzando el puesto número 1 del ranking?
-Te tendría que decir que no, que no lo veo. Por su edad y por los problemas físicos que ha tenido. Pero no te lo voy a decir, porque es un deportista que no deja de sorprender, así que jamás diría que no puede llegar al número 1 del mundo. De hecho, el año pasado fue 3 y tenía todo para seguir sumando y llegar al 2 y hasta terminar el año en esa posición. Así que no me animo a decir a que no va a llegar a serlo, pero es muy muy difícil; pero imposible no lo veo.
-¿Cuál crees que es el mayor logro de su carrera?
-Si vos me preguntás por un título, yo creo que el US Open 2009 es su mayor logro, por los rivales a los cuales les ganó y por la manera. Pero si hablamos de algo más general, yo creo que el mayor logro en la carrera de Juan Martín es haber podido no solo competir de igual a igual, sino también ganarles a los “4 fantásticos” y convertirse en una gran piedra en el zapato para Federer, Nadal, Djokovic y quizás también, Murray. Siendo inferior tenísticamente y con más limitaciones físicas que ellos. Además de todo lo que ganó.