La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires autorizó la ley que permite el uso de monopatines eléctricos, que pueden circular por ciclovías y en el caso de las calles, de la mano derecha. Es obligatorio el uso del casco y de un chaleco reflector. Solo pueden ser manejados por de mayores de 16 años y respetar una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora.
Los dispositivos de movilidad personal, que en las grandes ciudades son denominados como “el vehículo de última milla”, ya que permiten ser utilizados en un tramo relativamente breve, funcionan a través de una aplicación, Grin Scooter, que tendrá que ser vinculada a una tarjeta de crédito para pagar los viajes. Al detectar la zona donde se encuentran estos vehículos, se acerca el celular al código QR para desbloquearlo. El mismo tiene un costo de $15. Cada minuto de viaje se adicionan $8.
Por otra parte, la norma establece una serie de requisitos que se deberá cumplir a la hora de desplazarse por la Ciudad: deben tener un sistema de frenos que actúe sobre sus ruedas; una base de apoyo para los pies; timbre o bocina que permita llamar la atención bajo condiciones de tránsito mediano; elementos reflectantes para una adecuada visibilidad; disponer al menos de una luz delantera y una luz trasera.
La ley, que resultó aprobada con 42 votos positivos, uno negativo y 12 abstenciones, fue respaldada por el Gobierno de la Ciudad afirmando que su uso es “cada vez más común”.
“Ante su utilización cada vez más común por parte de las personas que se desplazan por la Ciudad, es importante avanzar en su regulación a los fines de cubrir el vacío normativo relativo a sus condiciones de circulación y atender eventuales problemas de convivencia en el espacio público, indispensables para el fomento de una movilidad sostenible y segura”, explican los fundamentos del proyecto.
Sin dudas, Grin, la empresa mexicana que fabrica monopatines, trajo a la Ciudad de Buenos aires una nueva forma de transportarse en un servicio complementario, divertido y ecológico.
Clara Villalba