«Esta es la más baja registrada en la historia de Buenos Aires», declaró la gobernadora de la provincia más grande del país. Considerable resultado es el que se está logrando en materia de salud pública con el anuncio de una baja de un 9% en la mortalidad infantil en la provincia y doblemente meritorio teniendo en cuenta la crisis económica que atraviesa el país, que condiciona la asignación de recursos y del aumento de la pobreza.
Según datos oficiales, durante el año 2018 se registraron 217 muertes menos que en el año anterior en menores de un año. En ese mismo año el número de deceso fue de 2.244 contra los 2.461 del año 2017. Por lo tanto la tasa de mortalidad infantil bajó 0,6 puntos y ahora es del 8,9. Otros de los números que mostró un descenso es el de nacimientos vivos: 250.782 de este año contras los 259.795 del 2017.
El Ministro de Salud de la Provincia, Andrés Scarsi destacó que el descenso de mortalidad está vinculado con el plan que hoy en día se está ejecutando en el inicio de cada gestación. El camino de una madre embarazada comienza haciendo las primeras consultas en los Centros de Atención Primaria de la Salud (CAPS) que se encuentran en todos los barrios. Según el tipo de cuadro médico que se diagnostica se deriva a las mamás a los corredores sanitarios. Ya concluido el nacimiento del bebé, se acompaña a la madre desde el hospital hasta la casa y la atención continua en los CAPS.
Scarsi también explicó que entre en las causas más frecuentes de mortalidad infantil se encuentran el bajo peso del bebé en el momento del nacimiento y el nacimiento prematuro. Este sistema busca reducir estos factores de riesgo.
La madre con un embarazo de riesgo es derivada a un hospital de alta complejidad. En los primeros seis meses se hace un seguimiento en caso que el nacimiento del bebe haya sido prematuro. Si desgraciadamente hay que lamentar la muerte de la madre o del bebé se activa un programa con un equipo de especialistas para revisar todos los pasos del camino de la embarazada.
Nicolas Alvarez