En pleno año electoral se van presentando los candidatos a Presidente con el anuncio de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner. Mauricio Macri ya hizo lo mismo en el pasado, José Luis Espert también y la construcción del espacio de Alternativa Federal todavía no se define si incluirá a Sergio Massa o Roberto Lavagna. Mientras tanto, dentro de la sociedad lo que inquieta de los espacios políticos es el rumbo económico que se debe tomar. Para eso está Iván Carrino, economista y autor del libro “El liberalismo económico en 10 principios», que va a aportar su mirada en una entrevista exclusiva para Pirámide Invertida.
– Alberto Fernández anunció su candidatura a presidente y apareció el nombre de Guillermo Nielsen en su equipo económico, hombre que ya renegoció la deuda con el Fondo Monetario en su pasado y que lo conocés bien.
– He tenido algún trato con Guillermo Nielsen, me parece una persona agradable. A nivel personal, eso es lo que lo conozco. A nivel profesional, la verdad es que siempre fue muy cercano al peronismo. Lo que pasa es que tuvo una especie de coqueteo con economistas muy liberales, y entonces me llama la atención que forme parte de un equipo de gobierno con Cristina Fernández de Kirchner. Algunos te van a decir: «Eso es muy bueno, ahora Cristina va a implementar políticas ortodoxas». Bueno…nada se puede descartar en política. Otra mirada podría ser que no va a poder. O que, en realidad, no tenía mucha idea liberal, e implementará un plan peronista, de mercado internista, desde el proteccionismo, de más impuestos al sector agrícola y controles de precios. Porque eso es lo que están diciendo desde el lado del peronismo en general: «No al mercado interno, no a las importaciones, controlemos los precios». Son políticas fracasadísimas, que no han servido nunca en la Argentina y que nos han condenado a la decadencia. Entonces, para formar parte de un equipo en donde esas son las ideas básicas, me parece que ningún liberal tiene lugar ahí y habrá que ver como siguen estas cosas. La verdad es que todo esto son rumores. Hay que ver.
– ¿Guillermo Nielsen es liberal?
– No quiero sacar los carnets, no es mi rol. Es un economista y habrá que ver cómo lleva adelante este rol que vaya a saber uno si lo tiene. Todavía no sabemos nada y tampoco quiero personalizar. El problema son las ideas. ¿Cuáles son las ideas que se van a implementar? ¿Se va a implementar el mercado-internismo, controlador de precios e inflacionista, mil veces fracasado en el pasado? ¿O vamos a implementar un plan racional de recorte del gasto público, precios libres, integración comercial, un Estado más pequeño y bajos impuestos? Ahí está el debate, más allá de quién sea la persona que está en un lado o en el otro.
– Un tema que inquieta en cuanto a lo económico es la negociación con el Fondo Monetario Internacional. Muchos economistas y allegados a políticos están hablando de renegociar la deuda con esta organización financiera. ¿Esto qué significaría y qué consecuencias tendría?
– Para ponerlo en términos muy sencillos, es como si le debiera plata al banco y le tengo que pagar el año que viene 10 mil dólares. Éste me cobra una tasa baja porque es mi amigo, pero ya no tengo de dónde sacar ese dinero, porque mi empresa no está funcionando del todo bien, lo que hace que ese vencimiento se me esté complicando. Entonces, una forma que tendría de pagar ese dinero es buscar a alguien que me preste para que yo le pueda pagar al banco y pasar a deberle a un nuevo acreedor. Lo que ocurre es que ese nuevo acreedor me cobra una tasa mucho más alta de la que me prestó el banco. Esa es un poco la situación en la que está la Argentina que le debe plata al Fondo Monetario, éste te financia barato, pero le tenemos que pagar en 2021, 2022 y 2023. La manera en que eso se podría hacer es pagar con los impuestos que cobramos. Lo que pasa es que para eso se dedica a todo lo que es el gasto público y tampoco te podés financiar en el mercado, porque las tasas que se están cobrando a la Argentina son excesivamente altas. Por todo lo anterior, se dice que lo que probablemente se pueda hacer es ir a decirle al Fondo: «Miren, nosotros tenemos voluntad de pagar, pero estamos complicados ahora. ¿Por qué mejor no extendemos los plazos, refinanciamos esta deuda y pateamos un poco para adelante el tema de los vencimientos?”. Ésta es una forma de renegociar, otra sería pedirle más plata. También está la opción de no le pagarle al Fondo, no pagarle a nadie y que se vayan todos al demonio. Bueno, es la más radical, la más extrema y que obviamente genera más incertidumbre, porque no es una negociación, sino un default.
– O sea que la respuesta sería demorar el pago, no endeudarse más para pagar.
– Lo que uno trataría de hacer es decir: “Te debo 20 mil millones, mejor te pago en cinco cuotas de cuatro a partir del año 2024”. Básicamente, lo que uno quiere hacer cuando renegocia es ver cómo te puedo pagar de la manera que sea viable, porque así no lo es, no se puede pagar. A todo esto le vendría muy bien un programa de reducción del gasto público, en el que reducís gastos en otras partidas que te permitan pagar la deuda y no tener que estar permanentemente refinanciando e incrementando el stock.
– ¿Por qué se creó el mito del cuco sobre el FMI?
– Ahí hay dos enfoques. Uno es el que dice que el Fondo Monetario es la causa de todos los males argentinos porque viene a imponer una austeridad en el gasto público y demás. Y, en realidad, es todo lo contrario. Si no estuviera el FMI, la austeridad debería ser incluso más grande, porque básicamente éste le está prestando a la Argentina 57 mil millones de dólares que de otra manera no estarían. Entonces, eso quiere decir que el Gobierno hoy puede usar ese dinero para financiarse. De otra manera, se tendría que buscar cobrando más impuestos, lo que es un brutal y tremendo ajuste sobre el sector privado que arruinaría la economía. O también recortar el gasto público en 57 mil millones de dólares, lo que a corto plazo va a generar un problema en la actividad económica, pero a largo plazo yo creo que sería deseable. Entonces, el Fondo lo que está haciendo es ir suavizando un ajuste necesario de las cuentas argentinas, tanto fiscales como lo que se llama las cuentas externas; es decir, exportaciones, importaciones y financiamiento externo.
– ¿Cómo dirías que hubiera estado el país si el gobierno de Mauricio Macri no hubiera acudido al FMI?
– En primer lugar, tendrías un dólar más alto. Ese dinero que ingresa del Fondo son dólares que están en el mercado cambiario o que potencialmente se van a volcar ahí. En la manera que el Gobierno usa dólares para pagar gastos en pesos o vencimientos de deuda en dólares, significa que va haber o más oferta en el mercado o menos demanda de dólares, porque el Gobierno no se mete en el mercado cambiario a demandarlos para pagar deuda, sino que los recibe directamente del Fondo. Entonces, si vos no tuvieras todo eso, el dólar no se hubiera ido a los 40 y pico que llegó, sino que estaría en 58, 60, 70…vaya uno a saber. Hay que ver costos y beneficios. Ya vimos lo grave que fue la suba del tipo de cambio del año pasado, que pasó de 20 a 40. O sea, peor hubiera sido si va de 20 a 70. Así que, la verdad, es que entre malas alternativas hay que elegir la menos mala.
– ¿Para vos quién podría ser el candidato ideal para el Fondo Monetario Internacional?
– Me imagino que es Macri porque lo conocen. Se han tratado con él, se han puesto de acuerdo. Pero en verdad tampoco se trata de tener alguien que esté ideal para el Fondo. Tiene que ser ideal para el progreso futuro de la Argentina, y eso sí tiene que ver con cumplir con lo que ha dicho el Fondo. Pero también es importante ver cómo podés finalmente sacartelo de encima, pero pudiendo pagar en tiempo y forma con un plan de crecimiento futuro. Si Argentina no crece por varias decenas de años seguidos al 3 o 4 por ciento anual, estamos condenados a seguir en una decadencia muy larga.