¿A qué nos referimos cuándo hablamos de diversidad? ¿Por qué es importante? El término se define como la diferencia o a la distinción entre personas, animales o cosas, a la variedad, a la infinidad o a la abundancia de cosas diferentes, a la desemejanza, a la disparidad o a la multiplicidad.
Desde el año 2003, se celebra todos los 21 de mayo el Día Mundial de la Diversidad Cultural. Dicha fecha fue declarada por la Asamblea General de las Naciones Unidas a través de su resolución 57/249 en diciembre de 2002. Es una jornada precisa para generar conciencia sobre la importancia del diálogo intercultural, la diversidad y la inclusión. El objetivo es lograr que la población se comprometa con gestos y combata la polarización y los estereotipos para mejorar el entendimiento entre personas de diferentes culturas.
Aunque la promoción de la diversidad cultural se haya vuelto un discurso casi ineludible en la escena internacional, ésta es a menudo percibida como una amenaza para la cohesión de sociedades cada vez más diversificadas. Por esta razón, es importante dilucidar aquellas condiciones necesarias o mínimos que deben ser cumplidos para que la misma pueda volverse un incentivo para el diálogo, la coexistencia pacífica y el desarrollo sostenible. Actualmente, en Europa, el diálogo igualitario entre culturas es fundamental para que sea posible la convivencia. La lucha contra el racismo pasa por compartir espacios de relación en los que, mediante el conocimiento mutuo, se rompan prejuicios y barreras creadas por el miedo a la diferencia, potenciado este en muchas ocasiones desde el ámbito político.
El ámbito educativo, a su vez, es el elemento fundamental de toda sociedad para facilitar el diálogo intercultural y la transmisión de valores democráticos. Sin embargo el modelo de la escuela está en muy lejos del modelo, valga la redundancia, basado en la igualdad de oportunidades y del reconocimiento y apoyo a la diversidad cultural.
Desde la Unesco se hace referencia a la importancia de la diversidad en la vida cotidiana: «La diversidad cultural es una fuerza motriz del desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora”. Y agrega: “Esta diversidad es un componente indispensable para reducir la pobreza y alcanzar la meta del desarrollo sostenible, gracias, entre otros, al dispositivo normativo, hoy día ya completo, elaborado en el ámbito cultural».
Además hablar de diversidad cultural, es importante poder dar lugar a la multiplicidad, fomentar la convivencia y la interacción de las diferentes culturas coexistentes, a nivel mundial y en determinadas áreas. El objetivo es de unir y no de diferenciar. Cada cultura es diferente, cada individuo debe tener una identidad cultural y la diversidad cultural, en este sentido, se manifiesta por la diversidad del lenguaje, del arte, de la música, de las creencias religiosas, de la estructura social, de la agricultura, de las prácticas del manejo de la tierra y de la selección de los cultivos, de la dieta, y en todos los otros atributos de la sociedad humana.
En la República Argentina se conmemora, con un nombre similar, el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, cada 12 de octubre. Aunque no es lo mismo, ya que esta celebración es la anteriormente conocida como el Día de la Raza. Dicho nombre se modificó por su connotación peyorativa, a través del decreto presidencial 1584/2010, publicado el 3 de noviembre de 2010 firmado por la ex Presidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner.
Julio Cabelli