El boxeador argentino Oscar “Ringo” Bonavena fue asesinado en mayo de 1976 en Nevada, Estados Unidos, pero este no fue un hecho aislado, sino una consecuencia de muchos episodios que vivió con un representante de boxeadores. Joe Montano, asentado en Nueva York, conoció a “Ringo” en 1975, luego de una pelea en la cual enfrentó a su amigo Raúl Gorosito, en el Luna Park. Montana consiguió que firmara un contrato de representatividad y le prometió que tendría la revancha contra Alí.
Fue una falacia. El representante le transfirió los derechos a Joe Conforte, un siciliano erradicado en Estados Unidos, que era dueño de un prostíbulo con casino llamado “Mustang Ranch”, en Reno, Nevada. Bonavena viajó con su amigo Julio Morales y compraron un tráiler para vivir allí.
Bajo las normas de ese contrato tuvo una sola pelea: el 27 de febrero de 1976 ante Billy Joiner, a quien derrotó por puntos. Luego del combate, Ringo tuvo una comunicación con el periodista Ernesto Cherquis Bialo en la cual le dijo: «Esto es un circo, viejo. Alrededor del ring hay mesas con faisanes, champagne, millonarios con guardaespaldas, camareras prácticamente en bolas sirviendo, todo el mundo fuma habanos o cigarrillos o marihuana. Es un desastre. ¿Quién puede pelear así? Te tiran comida al ring si algo de lo que estás haciendo no les gusta. Pan y circo, viejo. Yo aquí no peleo más…».
Para calmar las aguas, la esposa de Conforte le regaló 7000 dólares y le otorgó la ciudadanía estadounidense, al casarlo con Cheryl Anne Rebideaux, una de las chicas del prostíbulo y novia de William Brymer, guardaespaldas del siciliano. Esto hizo que Ringo se ganara el odio de Conforte y sus secuaces. Luego de la inauguración de una sucursal de “Mustang Ranch”, el dueño le advirtió al argentino que no se metiera en sus negocios. Esa misma noche, su tráiler, con todas sus pertenencias dentro, apareció incendiado.
Con los sucesos ocurridos, Ringo tomó la decisión de volver a la Argentina el 22 de mayo. La noche anterior, luego de un sospechoso llamado, Ringo salió desesperado a buscar a su amigo Morales, ya que había desaparecido de los lugares que solía frecuentar, y se dirigió al “Mustang Ranch”. Cuando llegó e intentó entrar, se topó con uno de los guardaespaldas de Conforte, que le recomendó que se fuera; ante la negativa del argentino, Brymer, con una escopeta, le disparó: una de las balas atravesó su pecho.
Simultáneamente, en Sudáfrica, Víctor Galíndez se disputaba con Katie Richards el título mundial peso pesado de la AMB y en medio de la transmisión radial se dio a conocer la noticia: “Ringo” Bonavena había sido asesinado en Estados Unidos. Galíndez no se enteró hasta después de la pelea; cuando le comunicaron lo que había sucedido con su amigo y referente.
Una semana después de lo ocurrido, 150 mil personas se acercaron a las inmediaciones del Luna Park para despedirlo. Disputó 68 peleas (58-9-1 44KO), se convirtió en ídolo y referente del pueblo argentino. Protagonista de grandes peleas contra Jimmy Ellis, Joe Frazier, Ron Lyle y Cassius Clay, mejor conocido como Muhammad Alí, a quien provocó llamándolo “chicken” e hizo tambalear en el décimo round. Esta pelea le valió la tapa de “El Gráfico” y el récord de rating en la televisión argentina, con 79 puntos.
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Estuvo arraigado muy fuertemente con el barrio de Parque Patricios, debido a su fanatismo por Huracán, el cual le construyó una estatua en su honor; y fue el emisor de algunas frases célebres como “La risa es el reflejo de la generosidad del alma” o «La experiencia es un peine que te lo dan cuando te quedas pelado», frase que fue utilizada recientemente por Cristina Fernández de Kirchner en el video en el que anunció su postulación a la vicepresidencia. Amado por la gran mayoría de sus compatriotas, él se definió de esta manera: “Yo soy el macho argentino, pero además lo represento en todo sentido: habilidad, picardía y fuerza”.
Joaquín Ginesta Spinelli, 2ºB, Turno Tarde.