Carlos Reutemann, más conocido como Lole, estaba a bordo del Williams FW07B Ford. En el comienzo del campeonato, había sufrido tres abandonos en las primeras cinco contiendas, algo duro para el santafesino, que había llegado a la escudería británica después de una temporada decepcionante con el equipo Lotus.
Fue una carrera muy luchada en la que el argentino largó en primera fila, al lado de Didier Pironi, quien había ganado la fecha anterior en Bélgica. Ese domingo nublado, Reutemann fue superado por Alan Jones, su compañero de equipo, pero éste, en el giro 25° de 76º, abandonó en boxes por problemas de transmisión. Esta fatalidad lo había dejado a Lole mano a mano con el líder.
En la vuelta 55°, Reutemann consiguió la punta, porque Pironi se estrelló contra un muro y terminó en abandono, ya que había tenido fallos en la caja de cambios y no había ido a los pits a cambiar los neumáticos.
El argentino tenía la punta. Pero no le fue tan sencillo ganar la carrera, puesto que a 22 giros del final, la caja de cambios sufrió problemas, lo que le generó muchas dudas. Sin embargo, pudo sacar lo mejor de él para mantener el auto en pista y seguir teniendo la diferencia de distancia entre sus rivales.
“Apreté los dientes. Estaba primero, pero no podía permitirme el menor error. Mi visor tenía aceite. No sabía quién me lo había tirado. ¿Jones o Pironi? Empecé a sentir dura la tercera marcha, la segunda… Levanté el visor para poder ver mejor los lugares donde había agua”, explicó Reutemann, después del GP.
El Gráfico eligió la tapa por lo que significó aquella victoria para el santafesino, ya que fue la primera después de dos temporadas y la única de 1980. A pocos días de los 100 años de la revista y, habiendo pasado este fin de semana el Gran Premio de Mónaco en la Fórmula 1, quedó inmortalizado el trabajoso triunfo de Carlos Reutemann.
Por: Facundo Estelrrich