Sin dudas en La Primeira Liga de Portugal hay un dominio establecido por Benfica y Porto. En los últimos 17 años se han repartido los títulos de la liga marcando el terreno y sin tener muchos rivales que estén a su altura. Pero hay un equipo que antes del año 2000 peleaba mano a mano la liga con estos dos gigantes y fue quedando atrás con el correr de los años. Estamos hablando del Sporting de Lisboa, el tercer grande que se estancó en el 2002 y no puede volver a estar en lo más alto de la liga de Portugal.
En lo palmares de la liga portuguesa solo figuran 5 campeones diferentes: S.L Benfica es el más ganador de la historia con 37 títulos, seguido de FC Porto con 28 y cerrando el top 3, nuestro protagonista Sporting de Lisboa con 18 trofeos. Aparte de estos grandes hay dos clubes con un título cada uno: Belenenses y Boavista FC. Antes la diferencia entre el Sporting de Lisboa con los dos primeros no era tan grande. En el 2002, cuando consiguió su última liga, tenía 7 títulos menos que el máximo ganador Benfica y la misma cantidad con el que ahora le saca 10 trofeos, Porto. ¿Cómo llegó a esta sequía? ¿Por qué no puede conseguir el título de la liga hace tantos años?
Desde su último título local, el club de Lisboa parece vivir rodeado de problemas. El negativo cambio se dio tras una mala gestión de su ex presidente Luis Godinho Lopes, quien dejó a la institución al borde de la quiebra y con una deuda de 276 millones de euros. Futbolísticamente se vió reflejado en la liga del 2012-2013, cuando el equipo mostró su peor juego, lo que llevo a terminar en la séptima posición, la peor de su historia. Luego de esa desastrosa temporada el club estaba por explotar, tanto las autoridades como los hinchas reclamaban la renuncia del presidente que no pudo seguir adelante.
Asume Bruno De Carvalho, quien levanta al club de la mala situación. El presidente apuntó contra algunos dirigentes, declarándoles la guerra por manchar la historia del equipo. Carvalho llevaría a tribunales a varios de ellos y mejoraría la situación negociando con los bancos más importantes de Portugal. Aunque el panorama mejoró, no fue suficiente para volver a lo más alto de la liga. En el 2018 la institución se vió involucrada en un gran escándalo cuando la policía federal hizo un allanamiento en el cual se buscaba documentación por presunto delito de corrupción tras denuncias recibidas por arreglos de partidos de fútbol y handball. Los medios de Portugal describían del mandato de Bruno De Carvalho como violento y corrupto, llamándolo “el presidente con pasado ultra”. Atacaba a los árbitros y equipos rivales y el clima en el club era tenso. Todo este revuelo terminó con su ciclo, dejando su lugar a Federico Varandas, quien parece haber calmado las aguas.
A pesar de que Carvalho era muy criticado y polémico, logró darle vida nuevamente a un club que estaba casi perdido, le devolvió la ambición y la esperanza que todavía no se ve reflejada en la liga portuguesa. Parece que ahora el problema está en el equipo, que no logra tener la calidad de un grande de Europa por el simple hecho de que la mala gestión pasada todavía impide invertir en jugadores de elite. En el 2017 se le escapó la liga por dos puntos, lo más cerca que estuvo del título desde el 2002. En la reciente temporada quedó tercero, a 13 puntos del campeón Benfica y con una nueva decepción para la hinchada. Su goleador, Bruno Fernandes, parece que migrará al Manchester City por 55 millones, que si se concreta será el pase más caro de la historia de la liga. Gran oportunidad para invertir en el próximo torneo y meterse de lleno en la liga.
Sporting de Lisboa estaba destinado a estar en el más alto de futbol portugués, pero las malas decisiones y gestiones arruinaron el camino. Parece que el futuro no será tan oscuro, las sensaciones cambiaron y son positivas. Con una nueva dirigencia, busca renacer de las cenizas y volver a ganar terreno en la liga de su país para no ser el “tercer grande” nunca más.
Agustín Maipach, 2do. A TM