Pasaron los papiros, los pregoneros oficiales que comunicaban las reuniones políticas en las plazas de Roma, las caricaturas utilizadas por el Luteranismo para llegar a las clases bajas. También pasó el tiempo de pedidos y requisitos cuasi irrisorios donde la colocación de una línea telefónica tardaba 3 o 4 años y triplicaba el valor de una casa, o el antiguo teléfono de línea con una rueda donde se marcaban de a uno los números. Estos hechos aleatorios fueron postas en una carrera contra el tiempo. Las comunicaciones unen al mundo y su esencia permanece inalterable desde tiempos inmemoriales.
Por los días que hoy corren, con presionar una tecla podemos comunicarnos con un amigo en cualquier punto del mundo sin mediar problemas. La avanzada del sistema 4G generó un efecto contagio en marcas y usuarios que demandan constantes avances de las comunicaciones. Así surgió Whatsapp, la red de mensajería más utilizada del mundo, que reemplazó casi automáticamente a los mensajes de texto como forma de comunicación predominante, tanto que dicho servicio cayó un 87% en un plazo de 5 años hasta la fecha.
Según estudios realizados por ENACOM (Ente Nacional de Comunicaciones), el 60% de los habitantes del país tienen acceso a la red de 4G en todas sus formas y modalidades, lo que marca a las claras la avanzada de un mundo con mayores interacciones en redes sociales y menos comunicaciones convencionales tales como llamadas, reemplazadas por los afamados audios de Whatsapp y videollamadas a tan solo un clic de distancia.
El avance de las nuevas tecnologías no solo generan cambios en las comunicaciones entre personas, sino también en la forma de comercializar dichos servicios. Las empresas de telefonía celular abandonaron los beneficios de tener algunos números “amigos” con los cuales no este arancelada la comunicación, por mensaje de texto o llamada, o los paquetes de una determinada cantidad de minutos para hablar por lo denominado “paquete de datos”. Ya no se paga por mensajes o minutos para llamar, los cuales están bonificados por cualquier plan convencional, sino por una cantidad de megas determinada para navegar por internet, con el adicional de que la aplicación Whatsapp suele estar bonificada el 100% en su uso convencional.
La influencia de las redes sociales en la vida cotidiana contribuye a que la reconversión de las comunicaciones tradicionales no acaben con la vida de las empresas prestadoras del servicio, aunque sí tuvieron que sufrir ciertas mutaciones. Ante la imposibilidad de ofrecer servicios como en el pasado, llámese números amigos o una cantidad de mensajes gratis, se vieron obligados a innovar. Personal, por ejemplo, tiene el “Club Personal”, cuya funcionalidad es similar a la de la tarjeta Clarín o La Nación: ofrece un paquete de descuentos en cines, teatros, locales gastronómicos, etc. a la orden de determinado status de clientes para tenerlos cautivos y atraer nuevos.
Otro factor que atentó contra el mercado de estas empresas fue la llamada Ley de Portabilidad. Dicha ley permite a los usuarios de la red celular conservar sus números de teléfono si tienen la intención de cambiar de empresa prestadora en el momento que lo deseen, sin necesidad de cumplir plazos restrictivos para poder disponer de la línea por la que una persona abona. Por ejemplo: Si una persona tiene como empresa prestadora a X y paga por un servicio de 10 megas la totalidad de $1.000, sí Y le ofrece por el mismo plan abonar tan solo $800, puede hacerlo gracias a dicha ley.
Las comunicaciones avanzan a pasos agigantados. Cada fantasía de futura forma de interrelación a través de un dispositivo que tenga cada persona, alguna mente brillante, en algún polo tecnológico del mundo, la está poniendo en marcha. Otro claro indicador de un claro avance es el desuso del teléfono fijo, ya que las comunicaciones por dicho medio va en picada desde el año 2011 según informó el Ente Nacional de Comunicaciones.
Un clic de distancia separa a gente en polos opuestos del mundo. Las comunicaciones dominan el mundo, y vaya que lo controlan, con los pro y las contras que esto genera. Sin dudas, esto se seguirá profundizando.
Diego Ariel Salgado