El pasado domingo 12 de mayo se llevaron a cabo las elecciones generales en la provincia de Córdoba. El número arrojado por el tribunal electoral fue de 2.078.740 votantes, los cuales se hicieron presentes en diferentes puntos de la provincia para dar su veredicto en los comicios.
Estaba claro que el actual gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, era el principal candidato a continuar en el poder, y así fue. La gente se manifestó mediante las urnas y el representante de Hacemos por Córdoba obtuvo en el escrutinio un 57,25% de los votos (1.084.177 votos). La segunda fuerza de la provincia y representante del Gobierno nacional, Córdoba Cambia, fue liderada por Mario Negri, el cual fue elegido por 357.118 mil cordobeses (18.87%). La Unión Cívica Radical fue representada en este caso por el intendente de la ciudad de Córdoba, Ramón Mestre, que obtuvo un porcentaje del 10,94% de los votos.
Un hecho no menor sucedido en la previa de las elecciones en la provincia de Córdoba fue la ruptura de la relación Cambiemos–UCR, lo que género que fuera cada uno por su lado y no en unión para buscar llegar al poder. De todos modos, el triunfo de Schiaretti fue amplio y de tal magnitud que ni juntando los votos de Mestre y Negri llegarían a alcanzarlo al referente del Partido Justicialista.
Un dato no menor es la vigencia del Partido Justicialista en tierras cordobesas. El último gobernador de la provincia de otro partido político fue Ramón Mestre (1995-1999), padre del candidato en las últimas elecciones, en representación, al igual que su hijo, de la Unión Cívica Radical. Desde allí fue José Manuel de la Sota quien asumió en dos periodos consecutivos (1999-2003 y 2003-2007). Luego fue gobernador por primera vez Juan Schiaretti entre 2007 y 2011. Lo sucedería De la Sota (2011-2015) y de allí en más serian años en los que Schiaretti, íntimo amigo de José Manuel, asumiera el cargo en 2015 hasta 2019, y ahora ya reelecto hasta 2023.
Con estos resultados, se asegura la continuación en la gobernación del Partido Justicialista. Lo que sí fue sorpresa fue el duro revés en la ciudad de Córdoba, en donde el radicalismo era una fija prácticamente con alrededor de 20 años de gobernación. Allí, la ruptura mencionada anteriormente entre el frente Cambiemos y los radicales generó una discusión amplia en el interior de los partidos. Al Gobierno nacional no le gustó nada lo sucedido con estas elecciones, ya que hubo mucho corte de boleta debido a que el candidato del PJ, Martin Llaryora, se impuso, pero con una diferencia mucho menor a la de Juan Schiaretti en la provincia. Y, según marcan, esto tiene que ver mucho con la división realizada a la hora de ir en 2 listas diferentes los candidatos Luis Juez y Rodrigo de Loredo.
La división generada en la provincia de Córdoba a la hora de ir en dos listas separadas, para la gobernación e intendencia, fue una decisión cuestionada por integrantes del peronismo. Si bien la gobernación era prácticamente inalcanzable desde el arranque de las elecciones, la intendencia de la ciudad de Córdoba hizo recapacitar mucho a los candidatos sobre la decisión tomada. ¿Fue lo correcto? ¿Pasó por un tema de ego? Lo cierto está en que Martín Llaryora obtuvo un 36,88% de los votos mientras que la segunda fuerza fue Córdoba Cambia, con Luis Juez a la cabeza, quien sacó el 19,87%. Tercero se ubicó el ya mencionado Rodrgido de Loredo, representante de la UCR, con el 17,75%. ¿Qué habría pasado si iban juntas las fuerzas Cambiemos y UCR? ¿Qué se hizo mal para llegar a este punto? Son algunas de las tantas preguntas posiblemente se realicen tanto los líderes de la Unión Cívica Radical como en la Casa Rosada.
Martin Llaryora fue dos veces intendente de la ciudad de San Francisco, que limita con la provincia de Santa Fe. También fue vicegobernador en la candidatura de Juan Schiaretti en el año 2015. El último intendente peronista de la ciudad de Córdoba había sido Germán Kammerath, en 1999.