Hablar de grieta en Argentina se transformó en algo cotidiano. Sobre todo, en la política. Pero también, en el último tiempo, acompañado de un fenómeno social, comenzó a debatirse acerca de la legalización del aborto y se formaron dos bandos bien marcados que contrapusieron – y contraponen- sus ideales.
En junio del año pasado, el proyecto de ley llegó a la Cámara de Diputados y alcanzó la media sanción. En agosto, tocó el turno de llevar el tema a la Cámara de Senadores, donde finalmente fue rechazado. En ese contexto, en el que se generó un ida y vuelta de pensamientos, aquellos que creían que el aborto debería considerarse una actividad ilegal presentaron sus variantes para encontrarle una solución a la cuestión.
Estos se jactan de ser “pro vida”, es decir, que defienden de manera incondicional a la vida humana, tanto de la madre como la del bebé. Sobre la embarazada, tenga un embarazo deseado o no, sostienen que hay que brindarle apoyo y contención. En cuanto al niño que está por nacer, ya lo toman como un humano más y buscan protegerlo de igual manera. Es por esto que su lema es “salvemos las dos vidas”.
En aquella discusión, una de las alternativas a la interrupción del embarazo que brindaron los de la campaña “celeste” (ese es el color que los representa; mientras que el de los “pro aborto” es el verde) fue “la adopción de los niños por nacer”. Esta opción fue fuertemente criticada por los del bando verde, quienes sostienen que “miles de mujeres mueren por tener que realizarse un aborto clandestino, cuando en realidad deberían poder decidir ellas mismas sobre su cuerpo”.
El martes 7 de mayo, en la Comisión de Legislación General del Senado, era la fecha pautada para tratar varios de los proyectos que buscan sumar a la figura en el ordenamiento jurídico nacional. Sin embargo, la sesión fue postergada, ya que se suspendieron las actividades por “falta de senadores” y, por el momento, “no hay fecha confirmada”, según indicaron fuentes del órgano. De todas formas, podría debatirse en esta semana.
Desde las 17, en el salón Eva Perón del Palacio Legislativo, el legislador Claudio Poggi (de Cambiemos), Ada Iturrez de Cappellini (del Frente Cívico y Social de Santiago del Estero y, además, presidenta de la comisión) y Silvia Giacoppo (de la Unión Cívica Radical) eran las tres personas que iban a presentar sus proyectos para modificar el Código Civil y Comercial de la Nación, en sus apartados sobre la adopción de personas, con el objetivo de «salvaguardar la vida del niño o niña por nacer”. Cada uno de ellos presentaron sus textos en los que apuntan a reforzar distintos aspectos sobre la adopción prematura de los embriones y fetos en gestación.
Cabe destacar que dentro de la comisión hay 17 integrantes, de los cuales ocho legisladores votaron en contra de la legalización del aborto y siete, a favor. Mientras que el tema obtuvo una abstención y una ausencia (de Eugenia Catalfamo por licencia por embarazo), quien igualmente se manifestó a favor de la interrupción del embarazo.
En el caso de Iturrez de Cappellini, presentó un borrador en el que plantea “dar en adopción al niño o niña en gestación” y que tiene la intención de desligar a la mujer a contener al bebé en caso de no quererlo: “Garantizar la elección de la mujer de no ejercer la responsabilidad parental, permitiéndole manifestar dicha voluntad durante cualquier etapa del embarazo».
«De esta manera se modifica la situación actual en la que la mujer embarazada no puede iniciar el proceso de adopción de su hijo biológico sino hasta después del parto», continuó en su texto.
La senadora Giacoppo, quien responde al gobernador de Jujuy Gerardo Morales, explica en su texto que su idea es darles a los progenitores la potestad de iniciar el trámite para disponer de una “adopción plena” del embrión o feto en gestación. Pero para tener ese privilegio, deberán informar su intención en sede judicial.
En el escrito remarca que el juez le entregará el niño o niña ni bien nazca a las personas elegidas de la nómina remitida por el registro de adoptantes. Sin embargo, tanto la progenitora como el progenitor “tendrán 45 días para ratificar o revocar tal intención”, sostiene Giacoppo.
Por último, Claudio Poggi, precandidato a gobernador de San Luis, en su proyecto hace énfasis en la decisión del varón en caso de no querer dar en adopción al niño por nacer: “Para el supuesto en que la mujer fuese de estado civil casada, se requerirá también la decisión libre e informada de su cónyuge. Si el padre biológico de la persona por nacer manifiesta en sede administrativa o judicial, hasta el momento de producirse el nacimiento, su expresa voluntad de reconocerla, la misma dejará sin efecto la voluntad de la madre de que tal persona por nacer sea entregada en adopción al producirse su nacimiento. En tal caso, el niño o niña se inscribirá como hijo del padre, quedando privada la madre de su responsabilidad parental desde ese momento”.