El comienzo del ATP de Roma, el tercer Masters 1000 sobre polvo de ladrillo, renueva los ánimos de Juan Martín Del Potro en su camino a la recuperación de su mejor nivel. La importancia de este torneo no solamente radica en el renombre y el poderío económico, siendo el segundo en importancia luego de Roland Garros sobre esta superficie, sino también en el reparto de puntos. Si bien en estos momentos el ranking no resulta una prioridad dentro del grupo de trabajo del tandilense, no deja de ser un incentivo extra para el número 9 del mundo.
El primer desafío fue el encuentro de dobles disputado junto al uruguayo Pablo Cuevas, frente a Marc López y Karen Khachanov. La dupla sudamericana no pudo capitalizar las chances y cayó por 3-6, 7-6 (3) y 13-11. Contaron con dos match points en el tie-break del último set, que no aprovecharon, dando por finalizada su efímera participación. El aspecto a rescatar del enfrentamiento fue el aceptable nivel mostrado por el tandilense quien, junto a su compañero, logró dominar en gran parte de las dos horas de juego. Nuevamente Pablo Cuevas, quien hace pocos días se entrenaba en las canchas de Madrid con Juan Martín, apareció en escena para jugar su primer partido oficial junto al argentino.
A pesar del resultado, el proceso de readaptación al circuito continúa y tanto las victorias como las derrotas son evaluadas con cierta templanza, teniendo en cuenta las recientes lesiones. Las sensaciones siguen siendo buenas tanto en lo emocional como en lo físico, donde se muestra seguro en los golpes. El siguiente compromiso será el single ante el belga David Goffin.
Autora: Belén Medina.