Pasaron 207 días. 207 desde aquel 11 de octubre en Shanghái, donde sufrió la lesión en la rótula. Jornadas repletas de incertidumbre, tanto para el entorno del tenista como para sus fanáticos. La duda de si jugaba o no; y si volvía a las canchas, en qué condiciones lo haría. Muchos rumores y pocas certezas. En medio de todo eso, llegó Delray Beach, donde consiguió llegar a los cuartos de final; pero nuevamente los dolores resultaron un obstáculo para jugar a su mejor nivel. Mensajes esporádicos por redes sociales que indicaban que la puesta a punto estaba en marcha, pero no mucho más. Sin embargo, en Madrid todo cambió. La capital española se vistió de anfitriona para una de las vueltas más esperadas. El partido elegido sería el de dobles junto a Kei Nishikori, un viejo amigo. Todo dispuesto para que el trabajo realizado durante meses arrojara un resultado positivo; y no solamente en el resultado, sino también en la confianza.
“Me encuentro en un proceso de evolución día a día, pero venir aquí es un paso más dentro de mi puesta a punto, para mi recuperación final y mi plenitud física. Día a día voy mejor, aquí estoy entrenando con los mejores y eso me da ritmo. Necesito tiempo para adaptarme a este ritmo, pero este es un buen momento para hacerlo”, dijo la Torre de Tandil. La presencia del número 8 del mundo causó un fuerte impacto en el público local y en los medios internacionales, que pronto se hicieron eco de la noticia, despertando comentarios de alegría en las redes sociales.
Los entrenamientos, el encuentro con colegas del circuito, la adaptación con la superficie. Todos estos son factores fundamentales en este tramo, donde lo que se busca es establecer un buen rendimiento de cara al compromiso más importante a corto plazo: Roland Garros. Por eso, Madrid constituye un desafío interesante, sobre todo teniendo en cuenta que allí consiguió llegar a las semifinales en las temporadas de 2009 y 2012. A pesar de que Guido Pella está teniendo una sobresaliente actuación sobre polvo de ladrillo, la esperanza argentina vuelve a estar depositada irremediablemente en el oriundo de Tandil.
Desde comienzos de semana, Del Potro tuvo una agenda ocupada; además de los entrenamientos compartidos con, por ejemplo, el español Pablo Carreño Busta; estuvo presente en el emotivo homenaje a David Ferrer en su último año en el circuito. Junto a figuras como Rafael Nadal, Roger Federer y Dominic Thiem, entre otros, posó frente a las cámaras para una foto que quedará impresa en la memoria del español, de 37 años.
De allí en adelante, los focos estuvieron en el compromiso que afrontó junto con Nishikori cuando se enfrentó con Fognini y Lindstedt. Fue victoria por 5-7, 6-4 y 10-4. Ese encuentro fue vital, principalmente por las conclusiones que se pudieron sacar de él. De las sensaciones que dejara ese match iba a salir la decisión acerca de su participación en singles. “Jugar ese dobles es la oportunidad para probarme y para volver a sentir mi cuerpo en un torneo. Si las sensaciones son las que esperamos y no ocurre nada raro seguro me anime al individual”, comentó. Y así fue. No necesitó de una actuación brillante, sino de una inyección de seguridad para tomar el siguiente paso en este camino largo que le toca tomar, y que recién empieza.
Autora: Belén Medina
¡La Torre de Tandil pisó La Caja Mágica! Juan Martín Del Potro ya se entrenó en #Madrid de cara a su regreso a las canchas. 🙌🇦🇷
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— ESPN Tenis (@ESPNtenis) May 1, 2019