El alemán Alexander Zverev, de 21 años, está atravesando un año para el olvido, dado que lleva acumulados doce triunfos y siete derrotas en 2019, con un único punto alto al alcanzar la final del ATP 500 de Acapulco. Aunque todavía no pudo conquistar ningún título en el año, “El Principito” se ubica tercero en el ranking ATP, con 5770 puntos, justo por debajo de Novak Djokovic (1°) y Rafael Nadal (2°).
El padre del joven tenista, Aleksandr Zverév Sr., es también su entrenador personal, ya que tiene conocimientos del deporte desde su época como tenista profesional, cuando representó a la Unión Soviética en la Copa Davis. Con semejante pasado de su familia sobre el polvo de ladrillo, era difícil imaginar un futuro de Alexander alejado del tenis.
Con tan solo 15 años consiguió el primero de muchos torneos juveniles; en el ranking juvenil alcanzó el segundo puesto. Más tarde dio sus primeros pasos en el mundo del profesionalismo y comenzó a dejar marcas de su notable habilidad con la raqueta. En el año 2014 Zverev se coronó campeón del challenger de Braunschweig.
Al año siguiente el alemán disputó el ATP Challenger Series en su país natal, y se quedó con el título luego de vencer al argentino Guido Pella en la final. Esta consagración lo ubicó en el top 100 del ranking ATP, y se adueñó del puesto N° 85 del mundo. Luego de escalar varias posiciones, en el año 2016 se convirtió en el jugador más joven en alcanzar el top 20 del ranking con tan solo 19 años. Este récord lo consiguió después del Másters de Shanghai, donde alcanzó llegar a la tercera etapa, cuando cayó con el francés Jo-Wilfried Tsonga.
Su racha positiva no paró y en el 2017 obtuvo su mejor marca en el ranking cuando trepó al tercer puesto del mundo. Este hecho se pudo dar porque ganó dos Masters 1000 (en Roma a Novak Djokovic, y en Canadá a Rafael Nadal). Un año más tarde consiguió ganar el ATP World Tour Finals y el tercer Masters 1000 de su carrera.
Si bien parecía que nada podía detener el talento de Alexander, durante este año se pudo observar una clara decaída en su efectividad. «Siempre soy honesto con ustedes, los periodistas. Últimamente muchas cosas me han sucedido. Mi papá no puede estar conmigo por primera vez (por razones de salud), y la relación con mi novia ha terminado. Tales cosas me pertenecen. Otros jugadores no hablarían de eso. Siempre tomo esas cosas en serio, pero todo se está calmando ahora. Estoy feliz con mi vida y en la cancha de tenis. Estoy en un agujero y tengo que salir”, se sinceró el tenista. Problemas personales afectaron su rendimiento y ponen el peligro su permanencia en el top 3 mundial. Habrá que esperar que supere esta situación para volver a presenciar al Alexander Zverev que todos conocemos, “el presente y futuro del tenis”, como supo describirlo una vez Rafael Nadal.
Por: Federico Caiña
Edicion: Joaquin Galocha