El consumo de carne vacuna sufre una gran crisis en el país, de las peores que se han registrado en los últimos tiempos, generando grandes aumentos en los precios y una gran disminución de la venta minorista.
Según los datos del primer trimestre del 2019, que han sido elaborados por la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), el consumo fue de 49,6 kilos por habitante, produciéndose una baja del 13,4 en relación al primer trimestre del 2018.
Los números revelados preocupan. Es una clara muestra de la realidad que atraviesa el país. Los productores de carne sucumben ante un proceso inflacionario tan alto. La prioridad hoy en día es cuidar el bolsillo. La gente se replantea qué consumir y qué no y la carne solo es un gusto que no muchos pueden darse.
Martín Kairuz