La hipertensión arterial es la principal causa de muertes y discapacidad en Argentina. A su vez probablemente sea una de las condiciones médicas más ignoradas por parte de los argentinos, ya que se tiende a naturalizar. Según un estudio realizado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), diez millones de argentinos la sufren, la mitad de ellos no lo sabe y solo el 25% logra mantenerse en los niveles adecuados. Además, esta entidad afirma que manteniendo un control adecuado de la presión arterial se podrían evitar casi 4 muertes por hora en nuestro país.
En 2017 la sumatoria de todas las muertes producidas por enfermedades cardiovasculares dieron una cifra total de 90.222. Cabe destacar que todas estas enfermedades se ven potenciadas con la presencia de la hipertensión en el individuo. Martín Salazar, jefe de servicio de Docencia e Investigación del Hospital San Martín de La Plata, integrante de la SAHA aseguró: “Más de un tercio (37,3%) de estos casos de muerte se podría prevenir teniendo la presión arterial en niveles normales. Esto quiere decir que podríamos evitar en nuestro país 92 fallecimientos por día, prácticamente cuatro cada hora controlando la hipertensión”.
La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo potencialmente modificable con respecto a las enfermedades cardiovasculares, acompañado de otras condiciones como lo son la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, el colesterol elevado y la diabetes.
Las arterias perjudicadas por esta enfermedad pierden su flexibilidad habitual y endurecen su interior; esto es lo que produce un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebro vascular, mejor conocido como ACV o un infarto de miocardio. En el último caso el corazón realiza un mayor trabajo para distribuir la sangre y esto es lo que produce el fallo en el sistema.
“Cada año se producen en Argentina más de 150.000 eventos coronarios, como angina de pecho e infarto de miocardio, y 100.000 accidentes cerebrovasculares. La asociación entre ACV y cardiopatía isquémica con la presión arterial es lineal. Para disminuir el riesgo de padecer una u otra condición debemos ser exigentes con el cumplimiento de las metas de prevención y tratamiento”, complementa el doctor Salazar.
Otro de los problemas, y uno de los más importantes, es que la hipertensión no presenta síntomas apreciables. A esto se debe que muchos de los pacientes abandonen el tratamiento. “La gente no toma los medicamentos porque manifiesta sentirse bien, pero esto es tan desacertado como que una persona con diabetes deje de administrarse insulina o alguien con colesterol elevado no reciba su medicación hipolipemiante. La hipertensión arterial es una enfermedad crónica, potencialmente mortal, y la adherencia al tratamiento constituye la base para su control”, argumentó la Dra. Ennis, Profesora Titular de Fisiología y Física Biológica de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata.
Si bien existe cierta discrepancia entre los médicos con respecto a los valores por los cuales se puede comenzar a hablar de hipertensión, todos coinciden en lo importante que resulta no subestimar ni tampoco minimizar esta enfermedad. Además remarcan que es muy importante estudiar las variables que pueden aparecer en cada caso particular, como el estrés y los nervios, así como el contexto en el que se desarrolla el paciente.
Todos estos datos denotan que queda un largo recorrido por hacer. Empezando por una buena concientización por parte del ministerio de salud, así como un cambio a nivel social alimenticio, partiendo del dato de que con tan solo consumir tres gramos menos de sal por día se pueden prevenir muchas de estas enfermedades, principalmente la hipertensión. Por otro lado, es importante combatir el sedentarismo realizando actividad física y manteniendo un peso saludable. Sin embargo, todo esto no es suficiente cuando la hipertensión ya se encuentra presente: es fundamental el control periódico así como las adherencia al control farmacológico.
Joaquin Roveda Lastra