Abril 12 del 2019, tan solo 27 días desde que la AFA dio la orden para que el fútbol femenino sea profesional y San Lorenzo se encargó de imponerse ampliando la apuesta.
El pasado 16 de marzo la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) firmaron un acuerdo en el cual se confirmaba la trasferencia de 120 mil pesos mensuales a cada uno de los 16 clubes de Primera que tiene el fútbol femenino, de manera que alcanzarían a pagar 8 contratos mínimos.
El encargado de dar el primer paso dentro de la profesionalización es el club de Almagro quien, gracias al dinero reunido por sponsors y recursos propios, logrará duplicar el número de contratos profesionales siendo 16 las beneficiadas.
El viernes último, en el salón Osvaldo Soriano del estadio Pedro Bidegain, se realizó la presentación oficial del número de vínculos para marcar otro día histórico en la historia del fútbol que tuvo como protagonista al flamante refuerzo que ya lleva autoridad en su nombre: Macarena Sánchez.
Sánchez, pionera en la lucha por la profesionalización de la disciplina, fue marginada del plantel de UAI Urquiza el enero pasado por encabezar el reclamo que sostenía tener los derechos básicos como seguro y atención médica. Sin embargo, el club contradecía diciendo que no sería tenida en cuenta por su rendimiento deportivo y no por algún otro motivo.
Señalada como todo un símbolo paras ser reconocida como trabajadora, atravesó por un mal momento donde recibía hasta amenazas de muerte por medio de las redes sociales. La situación la llevo a ser un fuerte impulso en esta lucha que cada día crece un poco más, con la ayuda de muchas que se sienten identificadas con las convicciones de la jugadora.
“El sueño y la esperanza de ser”, son palabras con las que Macarena se expresa cuando habla de la mujer siendo profesional en el fútbol y el sentimiento que tienen muchas ex futbolistas que jugaron en el seleccionado argentino o en algún club de referencia.
Ya pasó con Boca, el jugar en La Bombonera de manera oficial y solo tener la sensación de estar haciendo las cosas bien y la satisfacción de poder jugar en una cancha tan grande y con tanta gente que cumple con las expectativas de lo que quiere el fútbol femenino.
Ahora pasó con San Lorenzo que se agigantó con la propuesta siendo esta solo la respuesta a las necesidades de las futbolistas que hasta hace un tiempo trabajaban, estudiaban y entrenaban diariamente y de forma naturalizada para poder vivir, ya que el deporte lo hacían solo por amor a la camiseta.
El impacto que causan mujeres como la santafesina son lo que se necesita para poder crecer y entender sin desmerecer a otros, que el fútbol al igual que todos los deportes no tiene género.
Malena Suárez, 2do. A