Piel de gallina y ganas de lagrimear varias veces. Es lo que más de uno debe haber sentido mirando el documental de Gustavo Cerati. Transmitido en la noche del domingo por el canal National Geographic, es la segunda edición de #BIOS Vidas, una serie de documentales creada por los hermanos Ortega. Luego del primer especial, que tuvo como protagonista a Charly García, la historia de Cerati había sido una de las más pedidas por el público.
El punto de partida de esta Biopic fue un almuerzo típico dominguero con ñoquis, en la casa donde Gustavo se crió. Javiera Mena, fue la guía y conductora de estos dos capítulos, proyectados uno detrás del otro y con una duración de una hora cada uno. Mena, reconocida fanática de Cerati, estuvo dos semanas en Buenos Aires para entrevistar a las personas más allegadas al artista.
La historia abarca desde sus inicios en la música cuando era muy pequeño, hasta la publicación de su último disco, Fuerza Natural. Con la participación de familiares y artistas cercanos al músico, se presentan relatos y anécdotas personales de la intimidad de su círculo. Además, quien se roba el protagonismo de la cinta es su madre, Lilian Clark, relatando detalles impagables sobre su hijo.
En referencia a esos datos claves que compartió la madre del artista, dos fueron los que más se destacaron y emocionaron. Por un lado como su hijo se quedaba todas las noches hasta la madrugada componiendo canciones, y en relación a eso, el origen que lo hizo escribir “Te para tres” una de las canciones más conmovedoras e históricas de su autoría.
Desde al accidente cerebrovascular que lo dejó en coma, en mayo del año 2010, varios libros con mayor o menor reconocimiento, hicieron biografías sobre la vida de Gustavo, que saltó a la fama como voz y guitarra de la mítica banda Soda Stereo. Aun así, hasta la fecha no existía un documental que mostrara la otra cara, mas personal del músico.
Es, hasta ahora, el relato mas íntimo y conmovedor de todos los que ya existen sobre Cerati. NatGeo presenta los mayores éxitos de su carrera, junto con su realización, pero también muestra a Gustavo en el papel que cumplía como hijo, hermano, padre y amigo.
Javiera Mena cumple un rol fundamental hilando la historia que se va contando sobre el músico argentino. Así como Julieta Venegas se encargo de darle voz a la primera edición, sobre Charly García; con la ventaja de poder entrevistar en primera persona a su protagonista. Mena, en cambio, camino por las calles de Buenos Aires conversando con las personas que más conocieron el lado humano de Gustavo.
La madre, ya mencionada, junto con la hermana, sobrina e hijos del artista, no solo comparten con Mena ese almuerzo dominical, que aseguran que es tradición en su familia, si no cada uno abre su corazón y nos brinda un pedacito de la mirada que tenían sobre él, una mirada muy distinta.
Lilian Clark va mostrando una casa decorada con imágenes de su hijo, y comparte información tan simple pero a la vez muy intima. Como por ejemplo que Gustavo Adrián fueron los dos nombre que eligió para su hijo: el primero por ser ligero y flexible, y el segundo porque representa la fuerza.
Junto a los hijos del artista, Benito y Lisa, de 25 y 22 años respectivamente, Javiera recorre la famosa “Casa Turrón”, residencia de Gustavo en Argentina, y lugar que los vio nacer. Los momentos más emotivos se sienten cuando sus hijos comparten antiguos videos familiares como cumpleaños, el nacimiento de Lisa, o tardes de improvisación musical.
El documental conversa con artistas cercanos al músico, tanto sus compañeros de banda, Charly Alberti y Zeta Bosio, como también músicos recurrentes en la carera de Gustavo, cantantes como Leo García y Shakira y productores como Adrián Taverna y Daniel Kon.
Los recurrentes llamados de atención sobre su salud, ni la orden explicita de que deje su adicción al tabaco sirvieron para que este artista bajara su ritmo de vida, en la mejor época de su carrera solista. Fueron estos vicios, sumados a extensas giras lo que anunciaron su final anticipado.
El momento de su accidente en el medio de un show, su período en coma y posterior muerte en el año 2014, esta vez son narradas desde su familia, que lo vivió en primera persona. Con detalles que parten el corazón de cualquiera, sus más cercanos hablan de su fallecimiento con tristeza, pero también con una sutil alegría, al ver que el legado de Gustavo Cerati sigue con vida, y vigente por varios años más.
Julieta López
2° «B» T. N.