El Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación publicó este mes un informe que expone la desigualdad entre estudiantes
mujeres y varones, con el objetivo de generar una reflexión fundamentada sobre la situación actual de los jóvenes dentro de la escuela.
El estudio fue elaborado en base a las respuestas de 306.530 estudiantes de 5° y 6° año de secundaria (168.307 mujeres y 138.223 varones) y dejó en
evidencia diferencias, tanto académicas como por condición de género, dentro de las instituciones educativas de la Argentina.
Uno de los resultados más importantes que lanzó el informe fue la identificación de violencia de género dentro de la escuela. Un 33% de mujeres y un 29% de varones afirmaron que se molesta a las mujeres simplemente por su condición de género. ¿Qué piden al respecto?
La mayoría de los estudiantes del último año de secundaria desea que se incluyan actividades sobre violencia de género, así también como otros
tipos de violencia. Al ser consultados sobre qué temas debería enseñar, un 82% de mujeres y un 67% de varones se inclinó por esta opción.
Justamente esa había sido la razón por la cual en 2016 se instauró, en marco de la Ley 27.234, “Educar en Igualdad”, un programa que consiste
en talleres que se llevan a cabo en escuelas de nivel inicial, primario y secundario, con el objetivo de prevenir y erradicar la violencia de género.
Incluye a los alumnos y a los docentes.
Además, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres será una de las principales propuestas que ejercerá la Presidencia del G20. La
mira estará puesta en “seguir alentando el acceso igualitario a una educación inclusiva, equitativa y de calidad”.
Otra problemática que menciona el estudio es la de jóvenes madres. Un 5% de las mujeres que participaron en la encuesta dice ser madre o estar
embarazada. Y este grupo de estudiantes demuestra un claro menor nivel de desempeño académico en relación con los jóvenes que no tienen hijos.
En el caso de los varones son un 3% los que afirman ser padres. El punto en común, tanto en paternidad como en maternidad, es que la mayor
proporción se registra en aquellos que poseen un nivel socioeconómico bajo. Y este es un tema que se afianza directamente con la Educación
Sexual Integral (ESI).
La ESI es el tema de enseñanza más demandado por las mujeres del último año de secundaria: son un 83% las que la exigen. Sin embargo, no son las
únicas, ya que un 74% de los varones también lo piden, conscientes de que es un factor determinante de los embarazos no deseados.
De hecho, el Gobierno también así lo cree. Y es por eso se tomó como iniciativa la creación del Programa de Educación Sexual Integral hace ya
unos 12 años. El mismo fue sancionado en marco de la Ley 26.150 en 2006, con el fin de “asegurar la transmisión de conocimientos pertinentes,
precisos, confiables y actualizados sobre los distintos aspectos involucrados”.
En cuanto a lo académico, los varones demostraron un mejor rendimiento en Matemática, mientras que las mujeres obtuvieron mejores resultados en
Lengua. Eso sí, ambos géneros demandan un mayor uso de tecnologías para obtener un aprendizaje más solido de cara al futuro.
Carolina tiene 28 años y es profesora en un colegio privado en el partido de San Miguel, Provincia de Buenos Aires. “Yo no veo desigualdad entre mis
alumnos. Sí hay algunos que se desempeñan mejor que otros, pero eso es completamente normal y nada tiene que ver con si son varones o mujeres.
Y tampoco veo violencia de género, quizás los chicos a veces se molestan o bromean entre ellos, pero no por cuestión de género”, cuenta.
Sin embargo, es consciente de que “puede ser que la situación sea distinta en escuelas públicas”. Y cierra: “De ser así, espero que cambie. Todos
debemos tener a nuestro alcance un correcto aprendizaje, con las herramientas que se necesitan para conseguir trabajo. Yo confío en que esa
es la forma para que el país salga adelante. Ellos no sólo marcan su futuro, sino el de todos”.
Pedro Doherty