Tanto los Estados Unidos de Norteamérica como los países europeos más importantes, conforman un determinado sector habitualmente denominado «EL PRIMER MUNDO» . Lo que los hace pertenecer a esta jerárquica posición refiere a sus potenciales económicos y a la situación dominante sobre la mayoría de los mercados internacionales que provoca una posición de ventajas sobre los demás territorios. Pero esto no significa que todas las naciones deban cumplir con este mismo requisito económico o que todas deban estar ligadas a la economía con el fin de expandir sus mercados para pertenecer a dicha élite.
Si bien el sistema capitalista y las industrias culturales de los países más poderosos avanzan sobre otras culturas y provoca que distintas actividades culturales y/o cotidianas de una ciudad o de un país se vean desvirtuadas de su sentido original, podemos asegurar que no todas las ciudades se ven afectadas de esta manera, y en algunos casos sus costumbres culturales son la atracción turística más importante y crucial de un país.
Un claro ejemplo de esto es la histórica ciudad de Ámsterdam, conocida como la “Ciudad de la libertad”, que hereda este nombre como consecuencia de las diversas culturas que alberga en cada rincón de sus límites. Un ejemplo característico de esta ciudad es la legalización de la prostitución y de la comercialización y consumo de la marihuana y la inclusión social que genera en torno a la diversidad sexual. La capital de Holanda es cuna de grandes autores y artistas que llegaron a estas tierras a mediados del siglo XVII, gracias a la apertura de rutas comerciales con Extremo Oriente.
Tanto la legalización de la prostitución como la del consumo controlado de la marihuana se convirtieron en unos de los atrayentes turísticos más importantes de la ciudad y es algo que sin lugar a dudas la distingue de otras grandes ciudades europeas como Roma, Londres, París, etc. Pero sería muy ingenuo pensar que esto fue así durante toda la historia en los Países Bajos: un claro ejemplo es la legalización de la prostitución que fue recientemente, a partir del año 2000 cuando se levantó la prohibición que pesaba sobre los burdeles desde 1911. Cabe destacar que solo fue legal en 13 ciudades holandesas.
Los primeros años tras la legalización no fueron como se esperaba, ya que uno de los puntos clave de la ley consistía en el blanqueamiento de dicha actividad para así cumplir con el pago de los impuestos correspondientes. En el año 2002 se registraron solamente 921 mujeres de las 30.000 que aproximadamente se había calculado que se dedicaban a la prostitución.
Año tras año la situación fue mejorando y el porcentaje de la prostitución clandestina bajó considerablemente. La prostitución callejera permanece al día de hoy totalmente prohibida y las únicas personas que pueden ejercer el oficio deben ser mayores de edad, tener de 18 a 21 años, aunque hay registros que algunos clubes del famoso Barrio Rojo solo permiten la actividad de personas mayores de 21 años. Cabe destacar que gracias a la legalización las personas que ejercen dicho trabajo cuentan con el derecho de tener un seguro social y el derecho al paro.
Por el lado del consumo legal de la marihuana, en los reconocidos Coffee Shops ubicados en gran parte también en la zona roja de la capital holandesa, cumplen una función parecida a la prostitución en cuanto a turismo se refiere, ya que, cabe destacar, parte de la sociedad holandesa no ve con buenos ojos que ambas actividades sean legales pero sí comprenden que al estar legalizadas se debe abonar un impuesto que contribuye de forma directa al Estado nacional. La venta de las denominadas drogas blandas es considerada un delito, pero el Ministerio Público no procesa a los Coffee Shops si respetan los siguientes requisitos:
- Se puede vender un máximo de 5 gramos por persona.
- No pueden causar ningún tipo de inconveniente.
- No se pueden vender drogas duras.
- No se pueden vender drogas blandas a menores de edad.
- Los Coffee Shop no pueden publicitar las drogas blandas.
- Los Coffee Shop no pueden ubicarse en un radio inferior a 250 mts de una escuela.
Si bien estos atractivos turísticos perduran en la actualidad, Holanda está dando un debate sobre estos casos, lo que podría estar reflejándose en los números, ya que en estos últimos años han cerrado unos 150 Coffee Shop, aproximadamente. Por su parte, la prostitución podría enmarcar una misma situación en el futuro, por lo que muchas personas se cuestionan si dicha ciudad sigue siendo considerada la “Ciudad de la tolerancia”. No obstante, la Ámsterdam añeja (y la actual) es considerada liberal no sola por estos dos casos sino también por haber sido uno de los países que ha apoyado la legalización del matrimonio igualitario y el conceder la adopción a parejas homosexuales.
Matías Indrieri
2º «B» T.N.